Miles de pacientes dominicanos, como yo, estamos a la espera de un riñón que nos pueda ser trasplantado debido, en mi caso, a una enfermedad congénita y en muchos otros al deterioro progresivo de los riñones.



Según datos dados a conocer este viernes por el presidente del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort) más de 1,500 personas estamos en lista de espera para ser trasplantados, aunque solo se realizan unos 50 procedimientos por año.

Estas cifras de por sí ya son escalofriantes, pero peor aún, es el hecho de que muchos órganos se pierden debido al alto costo del trasplante.



Según Fernando Morales Billini la mayoría de los pacientes en diálisis son personas de escasos recursos o personas que han agotado todos sus ahorros debido al alto costo del tratamiento para poder mantenerse con vida. A esto se suma que un trasplante de riñón tiene un costo aproximado de RD$860 mil, sin contar los gastos post operatorios y de preservación del órgano.

Morales Billini también denuncia las muchas trabas que tienen que superar los pacientes en diálisis para que sus seguros médicos costeen su tratamiento y estudios especializados.

Es una vergüenza que por dinero muchos órganos se pierdan, mientras los pacientes estamos decididos a todo con tal de tener una vida mejor y ver crecer a nuestros hijos.

La burocracia y la ambición no deben ser trabas para uno poder disfrutar de buena salud, este es uno de los derechos primordiales del ser humano.

Ya de por sí es difícil conseguir un donante en el entendido de que en nuestro país la población no ha tomado conciencia de la importancia de ser donantes y hay quienes van más lejos y exigen que “sus muertos” les sean entregados con todos sus órganos, dejando de lado el hecho de que pueden salvar vidas.

Para ser trasplantado hay que hacerse un sinnúmero de pruebas y estudios médicos muchos de los cuales no son cubiertos por los seguros médicos básicos obligando así a los pacientes a pagar un seguro complementario.

Otras ARS buscan la quinta pata al gato y alegan que el deterioro de los riñones se debe a otras enfermedades como la presión arterial o la diabetes y tratan por todos los medios de quitar la cobertura a los afiliados.

El simple hecho de recibir tres sesiones de diálisis a la semana, cada una de cuatro horas, ya es pesado y agotador y a ello hay que sumarle la gran cantidad de estudios especializados y viajes a las clínicas u hospitales que hay que dar.

Es tiempo ya de que se busquen mecanismos para asistir a los pacientes que deben ser trasplantados o de obligar a las ARS a darle asistencia en todas las áreas sin ponerles tantos tropiezos.

Nota publica en Diario Libre y enviada a Ensegundos.net por la doctora Eunice Peña.