Ante el incremento de los costos que vienen cobrando las ambulancias para el traslado de un fallecido, familiares han optado por llevarlo, al muerto, como “”pasajero”” en los microbuses de transporte interurbano, dado que para el desplazamiento a cualquier población del país, se pide entre seis y ocho mil pesos. La acción inusual, empero, fruto de la insolvencia de parientes, chóferes de la ruta en cuestión han confirmado que en numerosas ocasiones facilitan a los familiares llevar el “”pasajero””, siempre y cuando no despida mal olor y llame de la atención de los demás usuarios.

El pasado sábado, este redactor comprobó la denuncia que le hiciera el conductor del microbús, revelando que “”esto se va convertir en algo normal, dado que familias pobres no pueden costear los gastos que exigen los dueños de ambulancias.



Ocupando el asiento trasero, la cocina, en el autobús, varios familiares sentaron al fallecido, con vestimenta normal, una gorra y gafas negras, siempre pendiente a no observar algo inusual, haciendo saber que el “”don”” sufrió una parálisis por lo cual no puede moverse.

Llegando a su destino, los parientes bajaron al “”pasajero”” cargado, agradeciendo al conductor sus “”buenos tratos”” , en momentos que una camioneta le esperaba en el “punto” con la caja de muerto en su interior, donde seria “”instalado el pasajero”” para llevarlo a darle sus honras fúnebres””.



Cuestionado el conductor sobre la ilegal práctica, este adujo con seguridad: se trata de gentes pobres, que te piden el favor de llevarle el “”pasajero”” ya que no tienen con que pagar los gastos de la ambulancia.

Asimismo, reveló que no es la primera vez que le toca llevar ese tipo de “pasajero”, recordando que son varios los muertos que ha trasladado en su microbús.

Se conocen decenas de casos de familiares que han sacado de los centros hospitalarios a sus fallecidos, donde hubo un caso que recorrió el mundo, en la ciudad de La Vega, donde parientes de un joven acribillado por la Policía se le iba a practicar una necropsia , empero, dado la falta de recursos para pagarla, optaron por llevarse el cadáver en una motocicleta a una comunidad distante a más de veinte kilómetros del hospital.

Por Reynaldo Hernández Rosa