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La Iglesia Católica de República Dominicana suspendió este viernes en sus funciones a un cura polaco y pidió que regrese desde su país natal a la isla, donde ejerce ministerio, para que enfrente una investigación judicial por supuesto abuso sexual contra al menos ocho menores de edad.



A Wojciech Gil su congregación lo suspendió y “le ha pedido que retorne cuanto antes al país para responder ante esta situación”, informó el Arzobispado de Santiago (norte), en un comunicado, explicando que el sacerdote se encuentra de vacaciones en su país de origen.

“Una vez informada la congregación, le pidió a la Fiscalía que llevara a cabo las investigaciones correspondientes hasta las últimas consecuencias, de acuerdo a las leyes dominicanas, de tal manera que prevalezca la verdad y la justicia”, agregó el Arzobispado.



La acusación contra Gil en Santiago, a 155 km al noroeste de Santo Domingo, se produjo luego de que varios padres de menores denunciaron en el diario El Caribe que el religioso les tocaba en sus partes íntimas y los sometía a vejaciones.

Ramón Bonelly, uno de los padres que denunciaron el caso en la Unidad de Género de la Fiscalía de Santiago, aseguró que su hijo le dijo que el cura “le pasaba la mano por su partecita”.

El diario cita también a Nelly Abreu, madre de un adolescente de 15 años al que supuestamente Gil, de la parroquia rural de San Antonio, lo amenazó con una pistola para que se pusiera ropa interior femenina y modelara para él.

El sacerdote dirige un grupo de niños y adolescentes llamado Unión de Rescate, en el que instruía a más de 180 menores de edad en labores de socorro para desastres naturales.

AFP