Lo que está pasando en el mar es algo que da miedo, y en especial en República Dominicana!, enfatiza el ambientalista Jake Kheel.
«Estamos frente a una condición crítica de salud de los arrecifes de corales-principal productor de arena blanca que bañan nuestras playas. Si no tuviéramos arrecifes de corales no pudiéramos vender el país como una isla tropical al turismo», advierte el biólogo marino Rubén Torres.
Un estudio publicado recientemente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en el que participaron 90 investigadores, indica que más de la mitad de los corales del Caribe han desaparecido desde los años setenta, y los que quedan- una sexta parte de los arrecifes coralinos originales-pueden esfumarse en veinte años.
La sobrepesca, la superpoblación, la contaminación de las zonas costeras, el calentamiento global, las especies invasoras y los brotes de enfermedades como la denominada «Banda blanca», son las principales razones de que los corales estén en peligro de extinción.
«Sobre la Banda blanca, sabemos que hay dos tipos, uno del que no tenemos información y otro que es una bacteria que se encuentra en las aguas negras que producen los humanos y eso nos indica que esto también está contribuyendo a la destrucción», explicó Víctor Galván, coordinador de Investigación de la Fundación Ecológica Punta Cana.
Sobrepesca, principal destructor
Para 1986, La Hispaniola ya reflejaba de manera marcada la escasez de arrecifes y peces en sus aguas, según destaca el investigador francés Jacques Cousteau, en su documental: Haití las aguas del infortunio.
«Navegamos por un mar lleno de bellezas pero vacío en alimentos. En los dominios del Agobe, el Dios vudú del océano la vida parece haberse ido», resalta Cousteau.
En ese entonces, Cousteau y su equipo, se cuestionaban si esta tierra donde los recursos se acaban, sería capaz de aguantar el desmedido crecimiento humano por mucho tiempo.
Un recorrido que realizó Diario Libre durante 45 minutos por aguas de Montrouis, en los alrededores del hotel Moulin Sur Mer, confirma que a la fecha aún continúa esta deprimente situación.
Punto crítico: La venta del pez Loro
Los peces Loros contribuyen con la producción de arena blanca y la eliminación de las algas que afectan los corales. Y es por ello, que en territorio dominicano, los expertos se quejan especialmente de la pesca indiscriminada de esta especie para la comercialización.
Las investigaciones hablan de que esta situación de los corales pudiera recuperarse si no seguimos acabando con este animal acuático.
«Ya terminamos con los peces meros, con los pargos y ahora estamos matando todos los peces Loros para alimentar a la gente y esa es la próxima batalla que tenemos que librar», subrayó el biólogo Torres, quien además dirige la Fundación Reef Check dominicana, la cual tiene dentro de sus objetivos defender esta causa.
De acuerdo a estudios, en los últimos cincuenta años la presencia de corales vivos en el Caribe ha disminuido en un 50 por ciento, mientras que las algas se han multiplicado vertiginosamente. Uno de los trabajos de los peces Loros consiste precisamente en mantener las algas que rodean los corales bajo control.
«Aquí los arrecifes de corales están mayormente dominados por algas. Las algas han crecido abrumadamente por la contaminación de líquidos, entonces, en la sobrepesca por lo general las industrias pesqueras y los pescadores quieren atrapar el más grande y sucede que el pez Loro tiene un tamaño considerable, por lo que lo han ido terminando», explicó Torres.
Un recorrido de Diario Libre por algunos establecimientos comerciales de Santo Domingo, confirma que el pez Loro es vendido para consumo humano. De siete lugares visitados, cinco corroboraron que vendían el pescado, dos de ellos tenía en existencia. Su precio oscila entre los RD$80 la libra-el mínimo- y 190-el máximo.
Una alternativa de pesca que ofrecen los ambientalistas para la reducción de la captura del pez Loro consiste en atrapar el pez León, una especie invasora que amenaza además a los arrecifes de corales.
Manifiestan que el pez León tiene pocas escamas y se puede utilizar para platos exquisitos.
«Con esta especie también estamos realizando esculturas disecadas e impartiendo cursos a jóvenes de Punta Cana, para que la puedan vender. Esta escultura puede valer entre 35 y 70 dólares y representar una fuente de ingresos para muchos», precisó Galván de la Fundación Punta Cana.
Jardines de corales: un combate para la extinción
En 2005, la Fundación Punta Cana comenzó a trabajar con la reproducción de la especie coral Cuerno de Ciervo- Acropora cervicornis, nombre científico-, antes de que fuera declarada en peligro de extinción. Ahora trabajan además, con la especie de coral Cuerno de Alce-Acropora Palmata-, ambas localizadas aguas del Caribe.
La primera-Cuerno de Ciervo-, según explica Víctor Galván, es ideal para la reproducción de peces por la forma de sus ramas y la segunda ayuda a romper las olas y la energía que trae el movimiento del agua.
La Jardinería de Corales, técnica que utiliza la Fundación, está basada en el proceso de restauración y reforestación de la tierra.
«En 2013 hicimos un levantamiento de todos nuestros viveros, y sólo en el de aquí teníamos más de 1, 900 fragmentos. En lo que va de este año llevamos aproximadamente un kilómetro 200 metros de tejido que hemos sacado del vivero y hemos regresado al mar», explicó Galván.
Es un programa que se ha vuelto popular en el Caribe y en República Dominicana, ya existen nueve viveros en diferentes puntos turísticos del país que se encuentran implementando este método.
Con este trabajo la Fundación intenta además promover la certificación de buceo en la Jardinería de corales, de manera, que el turismo dominicano no consista sólo en sol y playa.
«Los arrecifes tienen una función ambiental que sirve directamente al turismo, entonces, Punta Cana comenzó desde su inicio pensando en los arrecifes de corales, pero también como atractivo para el turista que viene a visitar el país», expresó Jake Kheel, director de la Fundación Punta Cana.
El programa recibe aportes de organizaciones internacionales.
Técnica de reproducción
Los corales se pueden reproducir de manera sexual o asexual y esta última es la forma que usan para su reproducción.
La técnica consiste en cortar fragmentos de las ramas de los corales con alicates y sujetarlos a una estructura de varilla que es colocada en mar abierto donde un grupo de biólogos de la institución se mantiene pendiente de que su crecimiento sea efectivo y esté libre de contaminación y depredadores.
«Ellos crecen sumamente rápido. Estamos hablando de que en un período de nueve a doce meses podemos tener un coral de un tamaño considerable. Es uno de los corales que más rápido crece a nivel del mundo, para que tengan una idea, por cada centímetro que nosotros obtenemos, ellos pueden crecer entre tres y once centímetros», precisó Galván.
«Nunca cortamos todo y lo llevamos, siempre dejamos un fragmento para que sigan creciendo», agregó.
Otra labor que realizan es la eliminación de la Lombriz de fuego, una especie que amenaza a los corales y para la cual la Fundación Ecológica Punta Cana, diseñó la primera trampa que se conoce para controlarla.
Consiste en un pedazo de PVC-tubo plástico-con un tapón detrás, al cual se deja la parte abierta delante para colocar una carnada de calamar.
«La idea es conseguir que la lombriz entre al tubo para que allí quede atrapada. El tubo es colocado en el arrecife y así hemos sacado cientos de lombrices usando esta técnica sumamente barata y que se desconocía a nivel regional».
Un beneficio para los pescadores
Para hacer la Jardinería de Coral, la Fundación Punta Cana emplea pescadores de la zona con el objetivo de que puedan diversificar su forma de ingreso. De esta manera también contribuyen a la reducción de la sobrepesca.
Los corales y sus aportes
Existe confusión en torno a si los corales son plantas, animales o rocas, y lo cierto es que es un animal con las propiedades de los otros dos grupos.
«En su tejido de animal, ellos tienen unas algas que le da hasta el 90 por ciento de la energía que ellos necesitan para sobrevivir. Para completar su energía ellos necesitan comer partículas orgánicas del agua y lo hacen a través de los tentáculos que ellos tienen», expuso Galván.
De estos animales sale la roca caliza que se usa para la construcción y es lo que produce las playas de arenas blancas que tenemos en el país, permite la reproducción de los peces y la protección contra las tormentas, ya que crean rompe olas naturales.
«Es algo que estamos viendo que está ocurriendo mucho en todas las zonas turísticas, viene una tormenta y desaparece dos o tres metros de playa, entonces, las olas están llegando a la orilla, las aguas contienen mareas súper altas y es algo que como país nos afecta y es otro elemento por el que debemos combatir la extinción de los corales», enfatizó Jake Kheel.
Fuente Diario Libre