El papa Francisco explicó hoy los malentendidos que generó en la opinión pública el Sínodo sobre la familia, aclarando sin titubeos que el matrimonio católico es «indisoluble», tras lamentar la visión dada por la prensa de los debates dentro de la Iglesia sobre homosexualidad y comunión a los divorcios.
Ante cerca de unas 13.000 personas de todas las nacionalidades, el papa argentino quiso dar su punto de vista sobre la primera asamblea de obispos de todo el mundo que convocó en octubre pasado en el Vaticano para hablar de la respuesta de la Iglesia a los retos de la familia moderna.
«Con frecuencia la visión de los medios era al estilo de las crónicas deportivas o políticas: se hablaba de dos equipos, uno a favor y el otro en contra, conservadores y progresistas, etc. Hoy me gustaría contarles lo que ocurrió en el Sínodo», anunció el papa, en un gesto inédito.
«No hubo censura previa, y cada uno podía, debía, decir lo que llevaba en el corazón. Y hubo transparencia al publicar todos los documentos», recalcó.
«El Sínodo no es un parlamento, sino un espacio protegido para que pueda actuar el Espíritu Santo. No hubo un choque entre facciones sino un debate entre obispos, que ahora proseguirá en un nuevo trabajo para el bien de la familia», aseguró.
Francisco reconoció que los debates entre los obispos fueron fuertes, lo que considera una señal de gran «libertad» y recalcó que ninguna intervención puso en discusión principios fundamentales para la iglesia católica como «la indisolubilidad (del matrimonio, ndr), la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida», dijo desde la plaza de San Pedro.
En una entrevista concedida el domingo al diario argentino La Nación, Francisco abordó también la espinosa cuestión de autorizar la comunión para los divorciados vueltos a casar, argumento que genera fuertes divisiones dentro de la iglesia.
Para el pontífice, «parecen excomulgados de hecho», ya que «no pueden ser padrinos de bautismo, no pueden leer (…) en la misa, no pueden dar la comunión y no pueden enseñar catequesis», reconoció.
«No es una solución si les van a dar la comunión. Eso sólo no es la solución, la solución es la integración», explicó.
La campaña del papa argentino para explicar a los católicos el largo camino que la iglesia comenzó para realizar una serie de reformas a través de los sínodos y sus reuniones, parece una tarea difícil.
«Nadie habló de matrimonio homosexual en el sínodo, no se nos ocurrió. De lo que sí hablamos es de cómo una familia que tiene un hijo o una hija homosexual cómo lo educa, cómo lo lleva», explicó Francisco a La Nación.
El papa Francisco acaba de enviar a las diócesis de todo el mundo un nuevo cuestionario, con 46 preguntas, que aborda todo tipo de temas, con el fin de preparar el segundo sínodo sobre la familia de octubre del 2015.
Junto con el cuestionario, el papa envió las conclusiones del primer sínodo sobre la familia, en el que logró que las bases de la Iglesia debatan sobre varios temas tabú, desde la homosexualidad, el divorcio entre católicos y la convivencia, hasta la poligamia.
«Hay que proseguir con el trabajo y no comenzar de cero», pidió el pontífice, que tras los debates en el Vaticano, todos consultables en internet, interroga a las iglesias locales de todo el mundo sobre los «posibles pasos» a seguir.
Las respuestas del segundo cuestionario servirán para elaborar el documento base para el segundo Sínodo del 2015.
Al término de ese largo proceso, el papa decidirá las reformas que adoptará.
