California se convirtió el viernes en el décimo estado de Estados Unidos que permite a los inmigrantes indocumentados sacar la licencia de conducir, gracias a la entrada en vigor de una nueva ley.

La normativa AB 60, aprobada por el gobernador demócrata Jerry Brown, ofrece permisos de conducción a todas las personas sin estatus legal que pueden demostrar su residencia en California a través de facturas o alquileres a su nombre.



Los inmigrantes sin papeles en California (oeste) -uno de los estados con mayor población indocumentada del país- se enfrentaban hasta ahora a cuantiosas multas y a la confiscación de su vehículo por conducir sin permiso.
El departamento de tráfico californiano (DMV, en inglés) espera que alrededor de 1,4 millones de personas pidan su licencia.

La directora de este organismo, Jean Shiomoto, aplaudió la nueva ley apuntando que ayudará a “aumentar la seguridad de las carreteras de California”.



A primera hora de la mañana, cientos de personas se agolparon ante las oficinas de tráfico de todo el estado para solicitar su permiso.

AFP