Al preguntarle al legendario actor dominicano Iván García cuál ha sido el montaje que más ha aportado a su carrera, cita a “Duarte, fundador de una República”, de Franklin Domínguez.
Ivan Garcia

Interpretar al patricio, la mitad de su carrera, le ha generado una empatía tan grande con él, que en las filmaciones de la película “Duarte, traición y gloria” le tocó actuar su muerte, la cual nunca había hecho puesto que la obra de Domínguez no la relata. Explicó que para entrar en la situación se repetía a sí mismo: “-Me estoy muriendo”, y al momento de terminar la escena, su cuerpo no respondía. Al regresar de aquel extraño estado, sólo se dijo a sí mismo: “No hago más a Duarte. Ha muerto”.



García Guerra resalta que el teatro actual se ha ido por el lado comercial y hay mucha baratería en las obras presentadas, tanto en la parte técnica como actoral; aunque plantea excepciones como “La venus de las pieles”.

García detecta que los verdaderos dramaturgos del momento, y pasa a nombrar a Reynaldo Disla, Haffe Serulle, Carlos Burgos Acosta, tienen textos mejores que los escritos antes por Emilio Aparicio y hasta de su época.

“Si no están buscando excelencia, pueden conseguir dinero, pero no más”, advierte sobre las representaciones que no cuentan con la seriedad requerida para un teatro profesional.



Es egresado de la ahora llamada Escuela Nacional De Arte Dramático. Ha sido maestro de varias materias y director de la misma. Está consciente de que todavía hacen falta las academias para formar artistas que no hagan “payasadas” en un teatro.

Sus consejos: “La enseñanza artística exige comunicar emociones. El maestro de teatro debe convertirse, en lo que yo he sido para mis alumnos: un padre”.

Fuente Listindiario.com