Washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, podrá alcanzar acuerdos nucleares históricos con Irán, pero una sola cosa lo hace llorar: su inminente síndrome del nido vacío.

Hijas de Obama



Su hija Malia, de 16 años, aún no ha terminado la secundaria, pero Obama dice que solamente pensar que pronto se irá a la universidad lo hace llorar. Varias veces al día.

«Comienzo a lagrimear como a mediodía y no lo consigo explicar, ¿por qué estoy tan triste? ¡Me están abandonando!», contó a una audiencia que moría de risa durante un desayuno el martes.



«Quiero agradecerles a todos por sus plegarias. Esto significa mucho para mí y para Michelle», dijo, pidiéndoles apoyo a los asistentes. «Mis hijas comienzan a crecer y a visitar universidades».

Por suerte para él, la más joven, Sasha, tiene aún 13 años y no piensa en universidades todavía.