Casi tres meses después de que la caza del león Cecil levantara una oleada de indignación mundial, la historia se repite. En esta ocasión, la víctima ha sido uno de los mayores elefantes de Zimbabue.
El elefante fue cazado por un ciudadano alemán, el pasado 8 de octubre, durante una cacería privada por la que pagó 54.000 euros y durante la que estuvo acompañado por un representante local, según ha informado The Daily Telegraph.
El misterio rodea la identidad del elefante, pero se cree que tenía entre 40 y 60 años, y nunca antes había sido observado en el parque nacional de Gonarezhu, espacio protegido situado al sureste del país africano. Una foto tomada después de la muerte del animal da una idea de su enorme magnitud, ya que sus colmillos casi tocaban el suelo.
Tampoco se conoce la identidad del cazador, puesto que los organizadores de la cacería se han negado a facilitarla.
El alemán había viajado a Zimbabue para participar en un safari de caza de 21 días, lo que incluía cinco grandes elefantes, leopardos, leones, búfalos y rinocerontes.
La matanza fue celebrada en los foros de caza de todo el mundo, donde se sugirió que podría haber sido el mayor elefante muerto en África desde hace casi 30 años.
Por el contrario, los ecologistas y organizadores de safaris fotográficos de la zona expresaron su indignación al asegurar que el animal era único en su especie y que debería haber sido preservado para que todo el mundo lo pudiese ver.
Anthony Kaschula, que gestiona una empresa de safari fotográfico en Gonarezhou, publicó las fotos de la caza en Facebook: «No tenemos ningún control sobre la caza furtiva, pero sí tenemos control sobre la política de caza que debe reconocer que los animales como éste son de mucho más valor vivos que muertos (tanto para los cazadores como para los que no lo son)», escribió.
«Elefantes individuales como éstos deben ser considerados Patrimonio Nacional y debe estar prohibida su caza. En este caso, hemos fallado colectivamente para asegurarnos de que la legislación es la apropiada para proteger a estos magníficos animales», añadió.
Este caso pone de nuevo en la picota a los safaris de caza, aunque sean legales. El caso del Cecil, el león insignia de Zimbabue, que fue abatido por un dentista estaounidense provocó toda una cascada de críticas. Cuando ‘Cecil’ se encontraba fuera del Parque Natural de Hwange, Walter disparó una flecha con su arco hiriendo al león.Le dejaron durante dos días vagar herido y le siguieron. El 6 de julio le dieron caza y le dispararon con un rifle hasta matarlo.Después lo desollaron y le cortaron la cabeza.
Recientemente, se ha sabido que Zimbabue no iba a presentar cargos contra el dentista estadounidense por haber obtenido la autorización legal para llevar a cabo la búsqueda, según ha asegurado un ministro este lunes.»Nos hemos dirigido a la policía primero y al Fiscal General después y resulta que Walter James Palmer llegó a Zimbabue con todos los papeles en orden», manifestó el ministro de Medio Ambiente Oppah Muchinguri-Kashiri, quien reiteró que el dentista estadounidense no podría ser procesado.
Fuente ElMundo.es