La Habana, Cuba. Los obispos católicos de Cuba llamaron a los gobiernos de los países implicados a solucionar «el drama humano» de miles de cubanos sorprendidos en América Latina por el cierre de la emigración ilegal hacia Estados Unidos.



«Hacemos votos para que las autoridades y las instituciones de los distintos países implicados, busquen caminos de solución conforme a la justicia teniendo en cuenta la misericordia, para los que se encuentran en esta crítica situación», dijeron los prelados en un comunicado de prensa.

El jueves, el gobierno de Barack Obama firmó un acuerdo migratorio con Cuba en el cual se elimina la política de «pies secos, pies mojados», terminando con los privilegios que gozaban los cubanos de ser recibidos sin necesidad de visa al pisar territorio de Estados Unidos.



También suprimió un programa que daba prioridad migratoria a los médicos cubanos de servicios en terceros países.

Esta decisión, de efecto inmediato, sorprendió a miles de cubanos en varios países de América Latina en tránsito hacia Estados Unidos, los que quedaron en un limbo.

«Ante la nueva situación que se ha creado debido a la sorpresiva derogación (…) queremos manifestar nuestra preocupación por los numerosos compatriotas que se encuentran en terceros países y que, ahora mismo, están enfrentando un presente inesperado y un futuro incierto».

La inmensa mayoría de esas personas salió de Cuba legalmente gracias a la reforma migratoria de 2013, y pueden regresar, pero muchos vendieron sus propiedades en la isla para financiar el viaje y otros se encuentran sin recursos.

Según cifras oficiales emitidas el fin de semana , 671.000 cubanos han viajado al exterior desde 2013 hasta el cierre de 2016, de los cuales el 9,6% (64.416) «se han convertido en emigrantes a los efectos de la ley cubana», al no regresar a la isla dentro de los 2 años que permite la legislación.

En el caso de Estados Unidos, es el 5,7% del total, o sea, 38.245 personas.

También consigna que 6.000 cubanos fueron repatriados en 2016 por autoridades de otros países, básicamente de Estados Unidos, por «migración irregular».

Los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos de 1994-95 establecen que Washington repatriará a los cubanos interceptados en el mar (balseros).

Ahora, en el nuevo acuerdo, Estados Unidos se compromete a «deportar» a la isla a todos los cubanos que lleguen o estén en situación migratoria irregular, es decir, sin visas vigentes.