La vida de Andrew Sandness, originario de Wyoming, cambió completamente en 2006, cuando un disparo le desfiguró el rostro. Pero hoy, gracias a la generosa donación de una familia y el trabajo de un equipo multidisciplinario de doctores en EEUU, Andrew ha recuperado su cara en el primer trasplante facial de realizado por la clínica Mayo en Rochester, Nueva York.

“Sobrepasó mis expectativas”, fue lo único que pudo decir luego de ver su rostro después de la cirugía.



Andy, como le dicen sus amigos, sufría de una depresión severa en 2006, la cual lo llevo a intentar suicidarse con un rifle.

A pesar de dispararse en la cabeza con el arma, sobrevivió. No obstante, su rostro quedó irreconocible, perdiendo su nariz, mandíbula y varios huesos que conforman la estructura de la cara.



Al sobrevivir, Andy se dio cuenta del terrible error que había cometido. “¡Por favor, no me dejen morir!”, fueron sus primeras palabras a los policías que lo encontraron, según relata.

El Dr. Samir Mardin se encargó de reconstruir su cara y llevar a cabo las operaciones y tratamientos de Andy. Fue él quien le sugirió entrar a un nuevo programa experimental de la Mayo Clinic, que buscaba hacer el primer trasplante facial del estado.

Andy inmediatamente se interesó, pero el proceso de preparación fue largo. Sandness debió pasar por varias evaluaciones psicológicas y pruebas médicas antes de finalmente ser aprobado, y el equipo de doctores practicó la cirugía por 3 años y medio antes de sentirse listos para el procedimiento.

La cirugía tomó más de 50 horas: 24 para preparar el rostro del donante, y otras 32 para llevar a cabo el trasplante.

Antes de la cirugía, Andy no podía comer pedazos de comida demasiado grandes, e incluso utilizaba una nariz prostética para intentar dar una apariencia más normal.

Hoy, a 8 meses de la cirugía que le dio una nueva cara, Andy puede comer de manera normal nuevamente. Su habla todavía requiere trabajo, pero cada día se escucha más claro.

Sin embargo, para él lo más impresionante es el cambio social que ha visto. “Me siento como una persona normal. Puedo caminar en los malls, nadie me pregunta qué pasó ni me quedan mirando. Gracias al trasplante puedo hacer todas estas cosas de nuevo”, afirma al hablar sobre los resultados.

Hasta ahora, sólo una docena de trasplantes de este tipo han sido hechos en el mundo, haciendo está una operación experimental, pero que ha demostrado entregar resultados impresionantes.

Puedes ver el documental de la Mayo Clinic sobre la cirugía aquí, registrado en su idioma original