MiamiEstados Unidos. Agitando la pasión de los astrónomos aficionados, las esperanzas de los científicos y una explosión en los precios de habitaciones de hotel, Estados Unidos espera su primer eclipse solar total en casi un siglo, que proyectará su sombra sobre millones de habitantes de costa a costa el lunes.

Bautizado el «gran eclipse americano», el evento está provocando todo tipo de celebraciones, incluyendo bodas programadas para coincidir con el gran momento y una presentación en directo del hit musical de los 80 «Total Eclipse of the Heart» por la propia cantante, la británica Bonnie Tyler.



Expediciones en canoa, fiestas en terrazas y juegos de béisbol están también agendados para marcar el fenómeno, en medio de una eclipsemanía desatada que también viene acompañada con un aumento en la venta de falsos anteojos para mirar el Sol.



Tanta expectativa entusiasma al mundo científico, que podría ganar puntos frente a los escépticos en un país donde temas como el cambio climático generan profundas divisiones políticas.

«Una gran parte de la población podrá ver el eclipse fácilmente», dijo a AFP el astrónomo James Webb, de la universidad internacional de Florida.

«Mucha gente hoy en día niega la ciencia, así que ésta es una oportunidad para mostrar que realmente conocemos el sistema solar», subrayó.

El eclipse total, que sucede cuando la Luna bloquea completamente la luz del Sol, será visible por una trayectoria de 113 kilómetros de ancho que pasará por 14 de los 50 estados del país.

Un eclipse parcial comenzará en la costa noroeste de Estados Unidos poco después de las 16H00 GMT del lunes. Se hará total al pasar por la costa de Oregon, en el Océano Pacífico, a las 17H16 GMT, luego seguirá un trayecto diagonal antes de terminar a las 18H48 GMT en Carolina del Sur, en la costa Atlántica en el sudeste del país.

– Hasta Brasil –

Aunque el fenómeno completo solo será visible a lo largo de esa trayectoria, un eclipse parcial se extenderá mucho más allá y podrá verse desde la provincia canadiense de Alberta, al norte, hasta Brasil, al sur, si el clima lo permite.

Incluso Francia y Reino Unido podrán observar una pequeña raja durante el atardecer.

La última vez que un eclipse total sobrevoló Estados Unidos de costa a costa fue el 8 de junio de 1918, desde el estado de Washington hasta Florida.

Los expertos advierten de los peligros que conlleva para la vista mirar directamente el eclipse -incluso con lentes de sol-, y por eso recomiendan a los aficionados equiparse con anteojos especiales.

«Probablemente unas 100 millones de personas van a observarlo pero los peligros de mirar al sol son reales y serios», subrayó Vincent Jerome Giovinazzo, director de oftalmología del hospital de la Staten Island University. «Las secuelas pueden ser permanentes», explicó a AFP.

– Precios siderales –

Luego de varios casos de falsos lentes de contrabando sin los niveles adecuados de protección, las autoridades han llamado a usar solo los marcados con la norma ISO-12312-2.

Quienes prefieran no observar directamente el Sol pueden fabricar proyectores de papel o cartón que permitan ver una imagen trazada del eclipse a través de ellos.

Otros intentarán capturar la experiencia sensorial provocada por el eclipse. El proyecto Eclipse Soundscapes anima a científicos y ciudadanos comunes a registrar los sonidos ambientales, antes, durante y después del fenómeno, con el objetivo de permitir a los ciegos o aquellos con problemas visuales «escuchar y sentir las cualidades físicas del eclipse».

Para quienes estén fuera de la trayectoria, la Nasa prevé una transmisión en directo durante toda la jornada en su sitio nasa.gov, que además será desplegada en una de las pantallas de la famosa plaza de Times Square, en Nueva York.

Se espera que entre 1,85 millones y 7,4 millones de personas viajen a la zona del eclipse total, generando temores de embotellamientos y accidentes, según el sitio Great American Eclipse.  

Los precios no han esperado para remontar los cielos. Modestos moteles al borde de la autopista en Casper, Wyoming (oeste) -uno de los mejores puntos de observación-, ofrecían el jueves una de sus últimas habitaciones a más de 2.100 dólares la noche.

Pero hay un grupo que espera especialmente con ganas el eclipse: los científicos, que podrán estudiar más fácilmente la región exterior del Sol, conocida como la corona.

A sus 85 años y con 26 eclipses observados a cuestas, Donald Liebenberg, científico de la universidad de Clemson en Carolina del Sur, no para de maravillarse.

«Cuando veo los primeros indicios del eclipse total, me impresiona sentir la caída de la temperatura, ver que el cielo se oscurece y los pájaros retornan a sus nidos», dijo a la AFP, antes de añadir, con admiración, que «incluso los babilonios eran capaces de predecir cuándo y dónde un eclipse ocurriría».