El traslado en vehículos por la zona del Bajo Yuna se hace imposible. La carretera a Villa Riva ha desaparecido en algunos de sus tramos, y comunidades de campesinos han quedado aisladas y con sus sembradíos de arroz bajo el agua del afluente que desbordó con toda su fuerza sobre estas tierras de vocación agrícola. A bordo de pequeños botes, algunos han podido movilizarse en busca de alimentos e insumos básicos para la supervivencia.

“Aquí se perdió todo”, suele escucharse en comunidades como Los Peinados, Arenoso, Los Contreras, Ceiba de los Pájaros, Manatí, La Reforma y una treintena de esta zona perteneciente a la provincia Duarte. Los agricultores piden la ayuda de las autoridades, debido a que temen que el seguro no les responda con la prontitud que ameritan, a causa del desastre provocado por el huracán María.



 

“El río lo tapó todo. Aquí no hay empleados, todos somos jornaleros. Aquí en el Bajo Yuna no se sabe qué se va a hacer porque esa era la esperanza (la cosecha)”, lamenta Víctor Santos Figuereo, quien dirige una pequeña asociación familiar de productores de arroz que en conjunto posee unas 200 tareas sembradas en la comunidad Los Peinados.



Un reporte  del periódico Diario Libre indica que las comunidades del Bajo Yuna han quedado sin servicio eléctrico y centenares de familias han perdido sus pertenencias pues las viviendas han sido engullidas por el agua.

En el barrio Los Estudiantes, del municipio Arenoso, unas 50 viviendas quedaron cubiertas por las aguas del río Yuna, y sus residentes han tenido que acudir a casa de familiares y amigos, porque en la escuela Salomé Ureña, donde se habían refugiado, fueron retomadas las labores de docencia por lo que se les pidió que abandonaran el lugar.

“Aquí la situación es caótica. Aunque la mayoría del pueblo ya está seco, aquí hay casas zambullidas”, describía Leovardo Siri Germosén, quien ha tenido que pernoctar en casa de un vecino junto a su esposa y sus cinco hijos.

Precisa  el periodista Carlos Reyes que a pesar de que todavía no se han cuantificado las pérdidas, algunos productores como Pedro Severino Rodríguez, de la comunidad La Reforma, estiman que más de 280,000 tareas de arroz se encuentran sumergidas bajo las aguas del Yuna.

En la provincia La Vega, cientos de viviendas fueron afectadas por la crecida del río Camú en el distrito municipal de El Ranchito, donde se registraron deslizamientos de tierras y plantaciones de plátano fueron arrasadas por el huracán María.

Decenas de viviendas siguen bajo agua en el distrito municipal Palo Verde, donde las crecidas de los ríos Yaque del Norte, Amina y Guayubincito inundaron por completo la comunidad el pasado domingo en la noche, aunque no se produjeron víctimas humanas.

Asimismo, las inundaciones afectaron a más de 15 mil tareas sembradas de guineos y unas 20 mil tareas de arroz que estaban proceso de corte.

“Aquí no quedó nada en pie, se arruinó toda la cosecha de arroz, de la cual sólo se podrá salvar entre un 15 y un 20 por ciento, mientras que hay más de 15 mil tareas de guineos totalmente anegadas”, expresó Antonio Gómez, productor agrícola.