El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, prevé asumir la responsabilidad por los «errores» cometidos por la red social, esta vez ante el Congreso, en unas muy esperadas audiencias que tendrán lugar este martes y miércoles.

El joven magnate arribó el lunes al Capitolio para reunirse con parlamentarios antes de las audiencias, que se desarrollarán primero en el Senado y luego en la Cámara de Representantes.



Mark Zuckerberg en el Congreso, en Washington, el 9 de abril de 2014/ AFP

Acosado por numerosos periodistas y escoltado por policías, el empresario de 33 años cambió su tradicional camiseta por un traje oscuro.

Esta será la primera vez que Zuckerberg comparezca ante los legisladores, en su mayoría furiosos con Facebook tras el estallido del escándalo de Cambridge Analytica.



«Estamos afrontando un importante número de debates sobre la (protección de la) vida privada, de la seguridad y de la democracia y ustedes tendrán seguramente que plantearme difíciles preguntas», dirá el empresario a los legisladores, según el texto de su intervención difundido este lunes.

La declaración de Zuckerberg, que algunos analistas ven como un hito en la historia de Facebook y otros como un simple ejercicio de relaciones públicas, representará en todo caso un examen para este joven millonario a quien le cuesta dejar atrás la imagen de «geek» arrogante poco afecto a codearse con el público.

Como ha hecho en las últimas semanas, reiterará su postura de que pecó de «idealismo» y «optimismo» y pasará revista a las medidas ya tomadas o previstas por su grupo para rectificar los errores cometidos.

– Rendir cuentas –

«Ahora está claro que no hicimos lo suficiente para evitar que (Facebook) sea usado también para hacer daño. Eso se aplica a noticias falsas, interferencia extranjera en elecciones y discursos de odio, así como también a desarrolladores y privacidad de datos», prevé declarar Zuckerberg.

«No tuvimos una visión lo suficientemente amplia de nuestra responsabilidad, y eso fue un gran error. Fue un error mío, y lo siento», dirá.

Pero el empresario deberá esforzarse mucho para convencer a los parlamentarios, muchos de los cuales están decididos a legislar para controlar a Facebook y a los grupos de internet en general.

Para buena parte de los congresistas, llegó la hora de que esas empresas rindan cuentas.

«Si (Facebook) puede ser capaz de minar nuestras instituciones democráticas será necesario que hagamos algo para protegernos», dijo el lunes a la prensa el senador demócrata Bill Nelson tras haberse reunido con Zuckerberg.

El republicano John Kennedy no es en necesariamente partidario de una regulación, pero teme que Facebook no sea capaz de solucionar sus problemas por su cuenta. «Esa es mi principal preocupación», dijo.

El creador y CEO de Facebook deberá explicar cómo los datos de al menos 87 millones de usuarios de su red social fueron a parar a la firma británica Cambridge Analytica (CA), que trabajó para la campaña de Donald Trump en 2016.

También deberá fundamentar por qué esperó a 2014 para decidirse a limitar el acceso a los datos personales por parte de aplicaciones externas, como aquella por la cual transitaron las informaciones recuperadas por CA.

El grupo, con 2.000 millones de usuarios, es criticado igualmente desde hace meses por haber servido -como Google o Twitter- de herramienta de desinformación y manipulación política con el fin de favorecer a Trump en la última elección presidencial estadounidense.}

La justicia local acusa a Rusia de estar detrás de esa campaña, aunque Moscú lo niega.

– Medidas y caída –

Recuperar la confianza de sus usuarios es crucial para Facebook, cuyo modelo económico está basado en la explotación de los datos personales, que permite a los anunciantes elaborar mensajes publicitarios dirigidos a públicos bien definidos.

Investigada y denunciada a ambos lados del Atlántico, la red social comenzó el lunes a informar a los usuarios cuyos datos pudieron haber caído en manos de CA.

Anunció, por otra parte, que verificará la identidad de las personas u organizaciones que difundan mensajes electorales o políticos, definirá claramente los parámetros de confidencialidad y colaborará con investigadores independientes que están analizando su influencia en las elecciones y en la democracia.

Facebook asegura no haber sufrido hasta ahora impacto financiero alguno a pesar del surgimiento de un movimiento que ha llamado a los usuarios de la red social a abandonarla, así como de las preocupaciones manifestadas por anunciantes.

La acción del grupo cayó sin embargo cerca de 15% en Wall Street desde la revelación de este escándalo