El 50,9 % de los adolescentes y jóvenes de entre 13 y 20 años del sur dominicano asegura haber tenido relaciones sexuales al menos una vez en la vida, según un estudio publicado hoy por Unicef y Plan International, que revela una alta prevalencia de explotación sexual y abuso en esa región.
De ellos, el 26,8 % expresó haberlo hecho con una persona de 10 o más años de diferencia y el 11 % confesó que lo practicó al menos una vez a cambio de dinero o cualquier otro tipo de retribución.
Según la encuesta Enhogar-Mics 2014, el porcentaje de mujeres de 20 a 49 años que estuvieron casadas o unidas antes de los 18 años en la región Enriquillo (sur) fue de un 48,6 % y de un 17 % antes de los 15 años, superando ampliamente los promedios nacionales.
El estudio «Invisibles bajo el sol: Una mirada a la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en la región Enriquillo» es un resumen de una investigación desarrollada en el proyecto «Sumando Esfuerzos: Prevención de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en República Dominicana».
La investigación evidencia como determinantes de riesgo factores socioculturales y familiares, desde la consideración de la mujer como un objeto que justifica la explotación sexual, a la inequidad en la distribución de roles entre mujeres y hombres en el hogar, así como el inicio precoz de la actividad sexual y la paternidad temprana de niñas, niños y adolescentes.
También subraya como factores de riesgo el desconocimiento del problema, la situación de pobreza, la violencia basada en género, así como una marcada tolerancia frente a la violencia sexual, en especial frente a las niñas y mujeres, según se lee en un comunicado del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Plan International.
De acuerdo con la directora de Plan República Dominicana, Virginia Saiz, la explotación sexual de menores de edad «es una forma grave de violencia, una violación de sus derechos y es un delito prevenible. Entre las causas se encuentran la cultura patriarcal y la desigualdad de género».
Explicó que existe un vínculo muy fuerte entre la explotación sexual y el matrimonio infantil, siendo esas uniones infantiles forzadas un medio y un fin para la explotación sexual.
Por su lado, la representante de Unicef, Rosa Elcarte, afirmó que «muchas niñas y niños explotados sexualmente continúan siendo invisibles porque no se conoce la verdadera magnitud del problema».
«La explotación sexual es tolerada socialmente y tiene sólidas raíces en la violencia de género que afecta a las niñas y mujeres dominicanas», dijo.
Y agregó que «es imprescindible fortalecer la familia como entorno protector fundamental, apoyándola en su rol de crianza para no replicar patrones de educación violentos, machistas o expulsores».
Plan International y Unicef consideraron necesario promover la adopción de políticas públicas de prevención, involucrar a la empresa privada, especialmente el sector turístico, a las comunidades y a los propios adolescentes en la construcción de entornos protectores, promoviendo la reducción de la tolerancia social y aumentando la persecución penal de los autores de este delito.
Estos esfuerzos, advierten, deben ser sostenidos en el tiempo, aumentar su cobertura y su eficacia, e incluir de manera más efectiva la atención de las y los sobrevivientes de explotación sexual. EFE