No podemos tomar las cosas tan a la ligera, ya que debemos ser agradecidos por todo lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo en nuestras vidas. Sería una insensatez que tomáramos el sacrificio de Cristo como algo normal y sin trascendencia, simplemente porque no queremos sacrificarnos.

Estamos acostumbrados a hacer lo que nos gusta, sin esforzarnos mucho, ya que hacerlo diferente representaría un cambio. Pero esto no es lo que queremos. Por eso hemos dejado de hacer las cosas como agradan a Dios, por comodidad.



No hemos sido llamados a estar cómodos sino a estar en movimiento día y noche, y que por medio de esto traigamos los cambios a nuestro entorno, la ciudad, la nación. Por eso es tiempo de hacer lo que nunca has hecho, es tiempo de tomar decisiones, es tiempo de actuar. Estamos llamados desde antes de la formación del mundo para impactar y trastornar el mundo, pero conforme actuemos así se hará. Entonces ¿qué esperamos?

Si estamos llenos de pasión, nuestro espíritu no será el mismo y haremos cosas que sorprenderán al mundo porque para esto hemos sido llamados, a servir al Señor fervientemente.



Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios