Menú gastronómico «saludable», iluminación mejorada y un variado catálogo de películas para ver. Los pasajeros se preparaban este jueves para embarcarse en el vuelo más largo del mundo: un maratón de 19 horas entre Singapur y Nueva York.
Dos pilotos y dos copilotos se turnarán en los comandos del Airbus A350-900 ULR (ultra largo alcance), que recorrerá 16.700 kilómetros entre la ciudad Estado del sudeste asiático y Nueva York.
Para este vuelo SQ22 de la aerolínea Singapore Airlines, cuyo despegue está previsto a las 23H35 (15H35 GMT), el aparato está preparado para transportar a 161 pasajeros, de los cuales 67 viajan en clase ‘business’ y 94 en ‘premium economy’. No cuenta con clase económica.
La tripulación, con 13 auxiliares de cabina, rotará en turnos para que todos puedan tener las cuatro horas de descanso mínimo reglamentario, informó Singapore Airlines.
El tiempo de vuelo es un reto para los pasajeros.
Aquellos que no hayan tomado un par de libros para leer podrán recurrir a una selección de películas y programas de televisión con una duración acumulada de 1.200 horas, el equivalente a siete semanas.
El menú a bordo contará con platos seleccionados para sentirse a gusto en el aire, aseguró la compañía.
Para mejorar la experiencia de vuelo y reducir el estrés propio de pasar cerca de un día entero en el cielo, este avión tiene un techo de la cabina más elevado que los demás, ventanillas más amplias y una iluminación LED especial que juega con los colores de manera de reducir el «jetlag» y los efectos del cambio horario que implica un viaje intercontinental.
«La investigación muestra que la hidratación y la nutrición son factores importantes (que deben considerarse)», dijo a AFP Rhte Bhuller, un experto en salud de la consultora Frost&Sullivan. Hay que «evitar los alimentos que causan gases y hacen sentir hinchazón así como el consumo excesivo de alcohol», agregó.
«La principal preocupación es la trombosis venosa profunda que es la consecuencia de permanecer sentado por demasiado tiempo y a su vez con deshidratación», explicó por su lado Gail Cross, consultor en el Hospital Universitario Nacional de Singapur.