¿Alguna vez se ha preguntado por qué Dios dice que es bueno darle gracias? Es obvio que existen algunos beneficios asociados con la gratitud, pero ¿para quiénes?

La acción de gracias enaltece al Señor y lo reconoce como la fuente de todas nuestras bendiciones. También puede motivar a aquellos que nos escuchan alabar y agradecer a Dios a hacer lo mismo. Pero también hay beneficios para quienes expresan gratitud.



La gratitud reajusta nuestro enfoque. Cuando comenzamos a alabar y dar gracias al Señor, las presiones y demandas de la vida diaria se vuelven más livianas. En lugar de distraer nuestra mente por las preocupaciones de este mundo, Dios y su bondad se convierten en el centro de nuestra atención. Además, tomamos conciencia de nuestra dependencia de Él, y nos volvemos más agradecidos.

La gratitud nos libera de ansiedad. Rara vez nos sentimos agradecidos cuando estamos agobiados por problemas y preocupaciones, pero es entonces cuando más necesitamos ofrecerle a Dios nuestra gratitud. Ocurre un cambio físico, mental, emocional y espiritual asombroso cuando expresamos alabanza. Disminuyen el peso de las cargas y la ansiedad, y nos regocijamos en el Señor.



La acción de gracias refuerza nuestra fe. Evocar las bendiciones que recibimos y las muchas maneras en que Dios ha expresado su bondad hacia nosotros, nos recuerda su fidelidad. Saber cómo ha actuado en el pasado nos fortalece para confiarle nuestro futuro.

La próxima vez que se sienta deprimido o agobiado, recuerde las bendiciones de darle gracias al Señor, y levante la voz en agradecimiento. Puesto que Dios es bueno, es bueno darle gracias.