La vida está llena de sorpresas agradables que llegan en el momento oportuno para darnos testimonio de que Dios tiene Sus ojos puestos en nosotros. Y aunque la vida que estemos viviendo no sea la mejor, no hay que dudar que el Dios de los milagros y prodigios nos sorprenderá de tal forma que lo que pensábamos imposible se hace posible.

No hay que temer; solamente hay que creer y esperar que nuestro Dios intervenga y ponga fin a lo que estamos pasando. Estas experiencias nos harán crecer espiritualmente y aumentarán nuestra fe, a la vez que cambiarán nuestra vida para que seamos portadores de lo que Él hace, por el testimonio visible que nos ha permitido vivir. Porque cuando las puertas estaban cerradas y los cielos eran de bronce, de momento, todo Él lo cambió.



Tal como la viuda de Sarepta, la cual estaba pasando una situación muy difícil, y de momento Dios envió al profeta Elías para desatar una bendición sobre su vida y romper definitivamente con todo aquello que estaba viviendo.

Así que no bajes la mirada, porque hay un Elías que ha sido enviado para bendecirte, y lo que estés pasando hoy será un gozo en el mañana por la intervención divina de tu Creador.