Cuando la vida avanza sin problemas es fácil decir: “Dios responde a la oración”. Pero una crisis puede generar dudas, en especial si el Señor no responde tan rápido como nos gustaría. Es entonces cuando podemos sentirnos tentados a negociar con Dios, como si pudiera ser manipulado para que actúe a nuestro favor. Pero el objetivo de la oración no es lograr que Dios haga lo que queremos, sino llevarle nuestras preocupaciones, confiando en que responderá conforme a su voluntad y a su tiempo.

Esperar en el Señor es fácil cuando no nos enfrentamos a nada urgente. Pero las dificultades y el sufrimiento tienden a hacernos impacientes. Podemos incluso comenzar a cuestionar a Dios, pensando que si nos amara de verdad intervendría y traería alivio.



Cuando la vida avanza sin problemas es fácil decir: “Dios responde a la oración”. Pero una crisis puede generar dudas, en especial si el Señor no responde tan rápido como nos gustaría. Es entonces cuando podemos sentirnos tentados a negociar con Dios, como si pudiera ser manipulado para que actúe a nuestro favor. Pero el objetivo de la oración no es lograr que Dios haga lo que queremos, sino llevarle nuestras preocupaciones, confiando en que responderá conforme a su voluntad y a su tiempo.

Esperar en el Señor es fácil cuando no nos enfrentamos a nada urgente. Pero las dificultades y el sufrimiento tienden a hacernos impacientes. Podemos incluso comenzar a cuestionar a Dios, pensando que si nos amara de verdad intervendría y traería alivio.



Mientras buscamos la ayuda del Señor, las oraciones de David en los Salmos nos ofrecen maravillosos modelos a seguir. Aunque él enfrentó muchas situaciones terribles, no dejó de buscar a Dios. El Salmo 86 comienza con un clamor urgente de ayuda, seguido por un recordatorio de David al Padre celestial de que él le pertenece. Luego describe el carácter de Dios: bondadoso, bueno, listo para perdonar y grande en misericordia para con todos los que lo invocan (Sal 86.3-5). Estas características del Señor son la base para confiar en Él.

Saber quién es Dios nos permite sentir confianza en medio de las crisis. Ya que es fiel, sabemos que cumplirá sus promesas. Su santidad nos hace examinar nuestra vida y arrepentirnos de los pecados que obstaculicen nuestras oraciones; y su misericordia, gracia y amor nos consuelan en medio del dolor.

Fuente Encontacto.org