Lisboa, Portugal. La entrada en vigor este viernes de nuevas normas que permiten a los adolescentes transgénero elegir el aseo y uniforme en los centros escolares en Portugal crearon polémica en el país.

Baños trans en Carolina del Norte (EE. UU.) también generaron una tormenta política en 2017. AFP

La directiva gubernamental, publicada la semana pasada aunque emana de otra ley aprobada en agosto de 2018 por el parlamento portugués, permitirá de ahora en adelante a los adolescentes de 16 a 18 años declarar su cambio de género a su establecimiento escolar con permiso de sus padres.

Este texto autoriza además a elegir los baños o el uniforme correspondiente a su identidad o a presentarse en clase con su nuevo nombre de pila.

Varios medios de la prensa escrita y televisiones llevaron el tema en sus portadas, mientras que el jefe de la oposición, Rui Rio (Partido socialdemócrata, de centro-derecha), criticó el jueves la directiva en Twitter por «sembrar la confusión entre los padres y niños», y acusó al gobierno socialista de «tomar a la ligera un tema serio» mostrando «poco respeto hacia los niños».

Una petición en línea que reclamaba la suspensión de esta directiva ha logrado cosechar más de 27.000 firmas.

En respuesta a las críticas, el secretario de Estado de Educación, Joao Costa, lamentó una lectura errónea del texto y la creación de un «clima alarmista inútil».

«La directiva está dirigida a una minoría, ya que no creemos exceder los 200 niños transgénero (…) Pretende protegerles contra la discriminación y no es cierto que promueva el acoso», declaró a la prensa en referencia a las acusaciones provenientes de la oposición.

La Fenprof, principal sindicato de docentes portugués, defendió el viernes un texto que «debería haber entrado en vigor hace mucho tiempo» y que va a «responder a una realidad que no puede ser ignorada».

La ley aprobada en 2018 permite a los portugueses cambiar de género en el estado civil sin necesidad de un diagnóstico médico de perturbación de la identidad a partir de los 16 años.