La cotización del oro evolucionó el martes por encima de 1.700 dólares la onza después de haber alcanzado un nuevo pico en siete años, estimulado por el debilitamiento del dólar y la prudencia que domina entre los inversores.

Hacia las 08H05 GMT, la onza de oro alcanzó 1.728,09 dólares, un nivel jamás observado desde finales de noviembre de 2012.



«Esta nueva subida no está relacionada con un rápido retorno del riesgo, sino más bien con el enorme aumento del balance de la Reserva Federal», explicó Carlo Alberto De Casa, analista para Activtrades.

Al adoptar una política monetaria extremadamente acomodaticia, el Banco Central de Estados Unidos (Fed) ha hecho que el dólar sea menos atractivo.



Por otra parte, si la pandemia del coronavirus sigue asolando el mundo, con más de 117.000 muertos, algunos de los países más afectados vislumbran un rayo de esperanza.

Esto habría podido pesar sobre el oro, tradicional valor refugio, pero fue sobre todo el dólar que sufrió, mientras que «los inversores se precipitaron sobre el metal precioso en previsión de movimientos de precios potencialmente frenéticos en los próximos días y semanas», explicó Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank.

De hecho, la temporada de resultados está a punto de comenzar en Estados Unidos y, según la firma Factset, los analistas esperan una disminución del 10% en los beneficios de las empresas de S&P 500 en el primer trimestre.