República Dominicana desafía este domingo al COVID-19 e irá a las urnas para escoger nuevo presidente en una elección que podría poner fin a 16 años en el poder del centroizquierdista Partido de Liberación Dominicana (PLD).

Tras una campaña carente de grandes mítines a causa del nuevo coronavirus, la Junta Central Electoral definió medidas sanitarias especiales para votantes y personal organizador de los comicios, a quienes insta a acudir con mascarillas a los centros electorales.



Las elecciones estaban previstas para el 17 de mayo, pero la autoridad electoral cambió la fecha por el COVID-19, que hasta el jueves dejaba 34.197 contagios y 810 muertes en este país de 10,5 millones de habitantes.

Las principales encuestadoras proyectan como ganador a Luis Abinader, del socialdemócrata Partido Revolucionario Moderno (PRM), sobre Gonzalo Castillo, del gobernante PLD, aunque no necesariamente con el 51% de los votos requeridos para ser proclamado tras la primera vuelta.



Una eventual segunda vuelta se celebraría el 26 de julio.

Compiten junto a Abinader y Castillo otros cuatro candidatos: el expresidente Leonel Fernández (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012) por un movimiento propio que fundó tras romper con el PLD, Fuerza del Pueblo; y Guillermo Moreno, Ismael Reyes y Juan Cohen por otras agrupaciones políticas minoritarias.

Unos 7,5 millones de dominicanos están habilitados para votar por presidente, vicepresidente, 32 senadores, 190 diputados y 20 representantes en el Parlamento Centroamericano.

De replicarse las encuestas en las urnas, los comicios dominicales acabarían una larga era de dominio del PLD.

La firma Greenberg ubica en 56% la preferencia de voto por Abinader, seguido por Castillo con 29%, mientras que Gallup ubica en 53,5% el apoyo al opositor por 35,5% al candidato oficialista.

La encuestadora Mark Penn/Stagwell, por su parte, da 47% al candidato del PRM en sondeos que ubican el respaldo a Castillo en 35%.

– Una «línea» roja –

Pese a las medidas especiales de seguridad frente al COVID-19, el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, reconoció que «prácticamente es imposible» actuar ante «el desborde» que implica una elección.

«Tenemos que pasar esta línea del día 5 (de julio), esperando que los casos no sean desbordantes y podamos estar en capacidad de responder», dijo.

La pandemia también representa un reto fuera del país. Un total de 595.879 votantes (7,9% del padrón electoral) están habilitados en el exterior.

Estados Unidos, España y Puerto Rico, que concentran a la amplia mayoría de esos votantes, ya autorizaron las elecciones dominicanas en sus territorios, pero Italia y Panamá todavía no han dado su consentimiento por el riesgo de propagación del nuevo coronavirus.

Hasta el martes rigió un estado de emergencia en República Dominicana que, entre otras medidas, prohibía concentraciones de toda índole.

En su lugar, el gobierno de Danilo Medina emitió esta semana una declaratoria de epidemia nacional que impide eventos comerciales, culturales, deportivos y artísticos, pero no dice nada sobre actos electorales.

El miércoles, Abinader, un empresario de 52 años, cerró su campaña en el Distrito Nacional. En una de sus primeras apariciones tras recuperarse del nuevo coronavirus, luego de haber dado positivo en un control el mes pasado, el opositor socialdemócrata aseguró ante cientos de asistentes a un mitin que «el cambio va y el PLD se va».

Castillo, de 59 años, recorrió ese mismo día varios puntos de la isla caribeña.

«Al pueblo dominicano que recuerde que un presidente se elige en un día, pero sus consecuencias o sus resultados duran cuatro años», dijo ante una multitud en Monte Plata.