Algunos hábitos de estilo de vida saludable pueden ayudarle a combatir la acumulación de grasa abdominal. En primer lugar, asegúrese de dormir bien y reducir el estrés, ya que estos hábitos ayudan a mantener bajos los niveles de cortisol.

El cortisol es una hormona del estrés que, cuando se eleva, contribuye a la pérdida de músculo y al almacenamiento de grasa en el área abdominal.



Grasa abdominal: no sólo por estética

Indica el portal de Salud, saludyalimentación.com que es importante darse cuenta de que la reducción de la grasa abdominal proporciona beneficios que van mucho más allá de la estética. La grasa abdominal (la grasa visceral que se acumula alrededor de los órganos internos) libera proteínas y hormonas que pueden causar inflamación, lo que a su vez puede dañar las arterias y llegar al hígado, afectando la forma en que el cuerpo descompone los azúcares y las grasas.



La inflamación crónica asociada con la acumulación de grasa visceral puede causar muchas enfermedades sistémicas relacionadas con el síndrome metabólico.

Por eso el exceso de peso localizado en la cintura está relacionado con la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades crónicas, y por eso la medición de la relación cintura-cadera es un mejor indicador de su salud que el índice de masa corporal (IMC).

Tres consejos para perder la grasa abdominal

1) Reducir o eliminar el azúcar añadido de su dieta.

Esto incluye todas las formas de azúcar y fructosa, ya sea refinada o «natural», como el agave y la miel, así como todos los cereales (incluidos los orgánicos), que se convierten rápidamente en azúcar en el cuerpo.

Dicho esto, la fructosa refinada (como el jarabe de glucosa-fructosa) es de lejos la peor del grupo cuando se trata de causar una disfunción metabólica. Debido a que su cuerpo lo metaboliza de la misma manera que el alcohol, promueve la resistencia a la insulina y la acumulación de grasa incluso más que otros azúcares.

2) Aumentar la ingesta de grasas buenas.

Seguir una dieta baja en grasas es la mejor manera de sabotear sus objetivos de pérdida de peso. Para perder grasa, hay que comer grasas saturadas buenas, en cantidad.

Esto incluye: aguacates, mantequilla orgánica, yemas de huevo orgánicas, cocos y aceite de coco, aceites orgánicos de nueces prensadas en frío, nueces crudas y carnes criadas en pastos, y omega 3 de origen animal.

Los ácidos grasos monoinsaturados que se encuentran en las nueces, el aceite de oliva y los aguacates ayudan a aumentar la pérdida de grasa abdominal. En un estudio, los investigadores pidieron a las mujeres que cambiaran a una dieta de 1.600 calorías rica en ácidos grasos monoinsaturados, ¡perdieron un tercio de su grasa abdominal en un mes!

3) Ayuno intermitente: la grasa abdominal no es resistente a ella. 

La tercera clave dietética para perder grasa abdominal (y grasa en general) es el ayuno intermitente. Este es en realidad uno de los métodos más eficaces para tratar el exceso de peso, ya que «reajusta» el cuerpo para que empiece a utilizar la grasa como su principal fuente de energía, en lugar del azúcar.

La versión más simple del ayuno intermitente para personas con resistencia a la insulina es simplemente restringir sus comidas cada día a una ventana de tiempo específica, como ocho horas.

Por ejemplo, puede limitarse a comer entre las 11 de la mañana y las 7 de la tarde. Básicamente, salta el desayuno y haz del almuerzo tu primera comida del día.

Esto equivale a un ayuno diario de 16 horas, el doble del mínimo requerido para agotar las reservas de glucógeno y comenzar a quemar grasa. Este tipo de ayuno intermitente es muy fácil de seguir una vez que el cuerpo comienza a quemar grasa en lugar de azúcar.

Como la grasa se quema lentamente, permite mantenerse activo sin sufrir las repentinas caídas de energía asociadas al azúcar.