En el tiempo de la sobriedad, los diarios tradicionales solían utilizar los titulares de sus noticias como si fueran mensajes telegráficos.

A menudo prescindían de ciertas preposiciones y artículos que, en buena gramática, ayudarían a tejer el correcto hilo de una oración.



Pero la práctica de comunicar con pocas palabras y en un espacio ya delimitado obligaba a los editores o tituladores a romperse la cabeza para ajustar el anunciado a tales propósitos.

Por lo general, una regla invariable era la de sintetizar en el titulo el lead o introducción de la noticia, que a su vez tenía que englobar estos elementos fundamentales de la pirámide invertida: qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo.



Indica Miguel Franjul, director  del Listin Diario, que ahora es distinto. En una era dominada por el lenguaje coloquial los textos y los titulares de las noticias son más simples. Son interpretativos. No tienen que responder a una estructura apretada o telegráfica.

Los titulares tienen que fluir de la misma manera en que nos expresamos coloquialmente, utilizando vocablos de uso común, no aquellos que conduzcan a retruécanos o ideas incomprensibles que dejan al lector en el aire porque no entienden su significado.

Ahora hay más libertad, y se aconseja, para elaborar un titular en función de elementos atractivos que figuran dentro de la nota, no propiamente en el lead o cabeza de la información.

Y como en la esfera digital es básico emplear palabras básicas que sirvan de guía o identificación de un texto para seguimiento, y se aceptan modos de titulación que despiertan curiosidad, así en los medios impresos van tomando espacio estas tendencias, abriéndole paso a titulares más comprensibles, amigables y digeribles.