El geólogo Osiris de León, advirtió este domingo que si la República Dominicana permite que Haití utilice entre 1.5 y 2 metros cúbicos de agua, el río Masacre quedaría seco.

De León explicó que el río fronterizo que es parte de una disputa internacional apenas produce de dos a tres metros cúbicos por segundo, lo que hace inviable que la República Dominicana permita a Haití utilizar tal cantidad de agua.



“Por tanto, la República Dominicana no puede comprometerse a garantizarle a Haití 1.5 o dos metros cúbicos por segundo, porque luego quedaría seco el río Masacre”, aseguró el geólogo en un video que circula en redes sociales.

Además, De León desmintió que la versión expuesta por el Gobierno haitiano de que la República Dominicana posee cuatro obras de captación en el cauce del río Masacre.



“La República Dominicana no tiene obras de captación sobre el río Masacre; tiene obras de captación sobre la emicuenca oriental del río Masacre, que es una cosa distinta”, explicó.

En ese sentido, De León, exasesor científico del Poder Ejecutivo Geociencias, Sismicidad y Prevención de desastres, explicó que la República Dominicana tiene derecho a utilizar la emicuenca oriental del Masacre sin necesidad de consultar a Haití.

Dijo que la cuenca incluye todos los arroyos, todas las cañadas, todos los tributarios que terminan en el cauce principal, pero que son distintos y forman parte del acuerdo entre las dos naciones que comparten la isla Hispaniola.

“La emicuenca oriental está al este del río Masacre y República Dominicana la puede utilizar sin consultar, como Haití puede utilizar la emicuenca occidental, la que está al lado oeste del río Masacre y no tiene que consultar”, explicó el geólogo.

El pasado viernes la República Dominicana reconoció que el canal de riego que construye Haití en el fronterizo río Masacre no desvía aguas del cauce fluvial, lo que causó polémica en el país hispanohablante.

Así figura en la declaración conjunta hecha pública este viernes como resultado de la reunión bilateral celebrada el jueves en Santo Domingo, que estuvo precedida por sendas declaraciones de los cancilleres Roberto Álvarez y Claude Joseph.