El gobierno de Cuba solicitó el miércoles a Joe Biden ir más allá y levantar las sanciones de Estados Unidos contra la isla que sean atribución del presidente, luego de que Washington anunciara una ayuda de emergencia de dos millones de dólares para la isla por el huracán Ian.

Estados Unidos «tendría el deber moral» de aplicar exenciones a Cuba de la misma forma que lo hizo con otros países durante la pandemia y ante desastres naturales, dijo el canciller Bruno Rodríguez al presentar el informe sobre el impacto del embargo estadounidense contra la isla.



En ese sentido, agregó que «podría tomar medidas de levantamiento o flexibilización del bloqueo en decenas de áreas utilizando las facultades ejecutivas».

«Es lo que la moral, es lo que la decencia y es incluso lo que el interés nacional con la política y el derecho internacional demandaría», indicó Rodríguez.



El canciller agradeció la «ayuda humanitaria crítica» anunciada el martes por Washington a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, luego de que Ian dejara a finales de septiembre dos muertos y cuantiosas pérdidas en provincias del occidente de la isla.

El jefe de la diplomacia dijo también que tras el incendio en agosto en una planta de almacenamiento de combustible en la provincia de Matanzas que arrasó con cuatro megatanques de crudo, Estados Unidos ofreció dos asesorías técnicas virtuales y 100 uniformes para bomberos, de los cuales solo han llegado 43.

– Ayuda de «naturaleza humanitaria» –

Además de 17 muertos, el incendio provocó pérdidas materiales, incluidos 100 millones de dólares sólo por el combustible quemado, explicó Rodríguez.

Las ayudas de Washington por Ian y el incendio no las «medimos por su magnitud económica sino por ser un acto de naturaleza humanitaria que agradecemos», añadió el canciller.

Cuba atraviesa su peor crisis económica en tres décadas con escasez de alimentos, medicinas y combustible, mientras que enfrenta cotidianos apagones por la obsoleta tecnología de sus termoeléctricas.

Esta situación se ha visto agravada desde que el expresidente estadounidense Donald Trump endureció a partir de 2018 el embargo impuesto a Cuba desde 1962, así como por los efectos de la pandemia de coronavirus.

Cuando llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, Biden prometió revisar la política hacia Cuba, pero endureció el discurso tras el desenlace de las masivas protestas antigubernamentales de julio de 2021.

El embargo estadounidense, endurecido en varias oportunidades, no ha logrado derribar el gobierno del único Partido Comunista cubano, pese al contexto «de asfixia económica, de guerra económica de buscar deliberadamente el colapso de la economía cubana», señaló Rodríguez.

A principios de noviembre, Cuba volverá a someter a votación por trigésima vez ante la Asamblea General de Naciones Unidas, una resolución que pide poner fin al embargo de Estados Unidos.

De acuerdo con el canciller, entre agosto de 2021 y febrero de 2022, estas sanciones han costado a Cuba 3.806 millones de dólares, «un récord histórico para este reducido periodo», que hubiera permitido un crecimiento del 4,5% a la economía cubana.

Desde que el presidente John F. Kennedy impuso el embargo en plena Guerra Fría, menos de un año después de que Fidel Castro declarase el carácter socialista de la revolución, éste ha provocado perjuicios a la isla por 154.217 millones de dólares a precios corrientes, aseguró el responsable de la política exterior cubana.