En 2023 se cumplirán 20 años de la crisis y bancarrota de Parmalat. Cómo pasó de ser un gigante lácteo a protagonizar uno de los engaños más grandes de la historia corporativa. Como se cayó todo en medio de un escándalo.

Calisto Tanzi nació y murió en Parma. Ahí fundó su emprendimiento y lo convirtió en una multinacional con 146 fábricas en el mundo. También vio cómo su empresa se desmoronaba envuelta en uno de los mayores escándalos corporativos de la historia.



Parmalat ascendió hasta convertirse en un gigante alimenticio mundial, pero su desplome impactó no solo en el mundo lácteo, sino que también dejó secuelas en la industria del entretenimiento, la banca, el turismo y el deporte.

En 1961 Calisto Tanzi, que había abandonado los estudios, se hizo cargo de la planta de pasteurización que había fundado su abuelo en la ciudad de Collecchio, en Parma. Cuatro años después se expandió con productos lácteos de rebaños certificados como libres de tuberculosis.



Su emprendimiento escaló hasta transformarse en un gigante de la industria lechera. A su vez, Tanzi puso un pie en otros rubros mediante grandes adquisiciones financiadas con la emisión de bonos. Compró el canal de televisión Odeon, creó la firma turística Parmatour y se convirtió en dueño de varios clubes de fútbol, entre ellos Parma AC, que contaba en sus filas con los argentinos Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón.

Crisis y debacle

El Bank Of America destapó la olla. La entidad negó que Bonlat, subsidiaria de Parmalat, tuviera 3950 millones de euros en su cuenta y aseguró que los documentos presentados por la empresa láctea eran falsos. Luciano Del Soldato, CFO de la compañía, renunció y poco después Tanzi dejó sus cargos de chairman, CEO y miembro del directorio.

Al momento de su caída Parmalat contaba con 36.200 empleados y 146 fábricas en 30 países. En tanto, cargaba en su espalda con una deuda de 2000 millones de euros en préstamos bancarios y de 4000 millones de euros con sus bonistas.

Antes de fin de año la empresa fue declarada insolvente y Tanzi fue arrestado junto a varios ejecutivos.

PriceWaterHouseCoopers descubrió que Parmalat había inflado su facturación y Ebitda y estimó que su pasivo total podría alcanzar los 13.000 millones de euros. Se calcula que esto afectó a alrededor de 100.000 bonistas.

Ariel Ortega, una de las figuras de Parma AC durante la administración de los Tanzi.

La crisis de la firma láctea también llevó a la quiebra del Parma AC, que se reestructuró como Parma FC. Y el universo entero de subsidiarias de Parmalat se reorganizó en una nueva sociedad en octubre de 2005.

En la Argentina, el empresario Sergio Taselli compró sus activos en 2004 y se presentó en concurso con una deuda de $ 230 millones. Desde 2011 la antigua planta de Parmalat está en manos de Inversiones para el Agro (Ipasa) que relanzó la marca Gándara.

Una secuela que no funcionó

Tanzi fue condenado a 10 años de prisión por varios cargos, entre ellos manipulación de mercado y bancarrota fraudulenta. En 2011 extendieron su pena a 17 años. El 1 de enero de 2022 murió en un hospital en Parma a los 83 años.

Lactalis relanzó Parmalat en la Argentina con el foco puesto en restaurantes, hoteles y catering.

La francesa Lactalis desembolsó u$s 3600 millones en 2011 para quedarse con la mayoría accionaria de Parmalat. Cuatro años más tarde, el grupo puso un pie en la Argentina tras adquirir a la mexicana Esmeralda que contaba con una fábrica de quesos en Díaz, provincia de Santa Fe.

Los nuevos dueños de Parmalat decidieron relanzar la marca con una pequeña producción de quesos, crema de leche y queso crema orientado al sector HoReCa. Y poco después volvieron a tener presencia en góndola. Sin embargo, en septiembre de 2022 Lactalis decidió vender su planta y oficinas en la Argentina.