El comportamiento de las lluvias tienden a normalizarse durante esta temporada en que se registra la fase neutra, denominada “Enos-neutral” o fase de El Niño-Oscilación del Sur, en la que no está activo ni el fenómeno de El Niño ni La Niña, eventos de teleconexión climática más conocido actualmente, al que se ha responsabilizado de la variabilidad, tanto de la lluvia como de la temperatura en múltiples regiones del planeta.

Los meteorólogos dominicanos han dividido la temporada de lluvias en tres: la frontal, que va de noviembre a abril, en que se dan los frentes fríos; seguida por la convectiva, de mayo, junio y julio, en la que están activos los truenos y relámpagos, lluvias repentinas caracterizadas por nubes de amplio desarrollo vertical de actividad tropical (agosto–octubre) y la temporada ciclónica (agosto-octubre).



“La convectiva como la frontal y tropical, todas son épocas de lluvias, nosotros tenemos tradicionalmente lluvias en la temporada convectiva abundantes, como la ocurrida en Barahona en 1974 que cayeron 562 milímetros de agua que se deben a la producción de nubes de desarrollo vertical conocidas como cumulonimbos o nubes tomentosas, por las cuales se producen granizadas, rayos, y pueden provocar hasta tornados”.

De acuerdo a Yanet Féliz, esas explicaciones las ofreció Juana Sille, encargada de Climatología de la Oficina Nacional de Meterología, al preguntársele sobre los cambios que registra la época en cuanto a las lluvias.



Proyección

— Decisiones

Las perspectivas desde abril a junio es que las lluvias estén dentro o ligeramente por debajo de lo normal, mientras que las temperaturas estarán por encima de lo normal, dijo Miguel Campusano, subdirector de la Onamet.