Rusia será «más fuerte» tras la fallida rebelión del grupo paramilitar Wagner, que hizo tambalearse al Kremlin la semana pasada, aseguró el viernes el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.

«Rusia siempre ha salido más consolidada, más fuerte, de todas las dificultades (…) Así volverá a ser esta vez. Este proceso ya empezó», dijo Lavrov en una rueda de prensa en Moscú.



Los combatientes del grupo paramilitar Wagner, dirigido por Yevgueni Prigozhin, otrora cercano al presidente Vladimir Putin, tomaron el viernes y el sábado pasado varias instalaciones militares en el sur de Rusia y se dirigieron luego hacia la capital.

La rebelión terminó el sábado por la noche tras un acuerdo que incluía el exilio a Bielorrusia de Prigozhin.



No se anunció ninguna sanción contra los amotinados, lo que muchos analistas y responsables occidentales han considerado como una señal de debilidad del Kremlin.

Las autoridades rusas intentan desde entonces dar una imagen de normalidad e insisten en que el país ha salido «reforzado» tras esta rebelión que, sin embargo, desencadenó la peor crisis desde la llegada de Putin al poder en 1999.