Pelegrín Castillo, vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) e integrante de la comisión designada por el gobierno para abordar el impacto de la crisis haitiana en el país, afirmó que él ha venido denunciando que en Haití nadie puede hacerse el tonto porque se está montando un escenario de guerra civil.

“Si ese escenario de guerra civil estalla, uno de los objetivos va a ser tratar de que la crisis desborde la frontera y venga hacia la República Dominicana”, expresó Castillo.



Si en el país hay resistencia a lo que sería una imposición de facto de la solución dominicana al problema haitiano, entonces vendría una ofensiva de intervención internacional, indicó el destacado político al ser entrevistado en el programa Toque Final con Julio Martínez Pozo que se transmite por Antena 7.

“Tenemos que defendernos nosotros porque la política de la administración Biden, concretamente a nivel del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional, tiene un abordaje del tema que no es conveniente para la República Dominicana. En el Congreso americano tenemos gente receptiva que ha sido aliada, que nos han dado respaldo y que esperamos nos sigan respaldando para evitar lo que se constituiría un gran crimen internacional”, precisó.



Destacó, además, que lo ha advertido y con mucha claridad, que el pueblo dominicano no va a aceptar que se quieran resolver los problemas haitianos a expensas del país, ya que, a su entender, existe demasiada carga, demasiados compromisos se han asumido y parece que lo interpretan mal al creer que desde la República Dominicano se pueden seguir haciendo cargo.

En tanto, Castillo manifestó que lo importante es que la fuerza multinacional de apoyo a Haití que venga de África juegue un mejor papel que la fuerza latinoamericana que estuvo en ese país por muchos años y que ha quedado bastante escarmentada.

Explicó que uno de los peligros planteados es que los grupos más radicales de la política haitiana tienen vínculos más estrechos con los países africanos. “Esa fuerza viene a pacificar, pero también a ser clave para la celebración de elecciones. Hay que tener cuidado de que eventualmente en el proceso político interno de Haití sea lo más neutral posible y no favorezca opciones que puedan generar escenarios de más conflictos”, destacó.

También consideró que, lo ideal sería que fuera un país del continente que genere un nivel de confianza en el liderazgo haitiano, tanto en el Gobierno como en la oposición y que sea aceptado por la mayoría de los países del continente.