La presión fue finalmente demasiada para Luis Rubiales, que el domingo, casi un mes después del terremoto causado por su beso forzado a Jenni Hermoso, dimitió como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que encara su renovación.

«Se acabó», «¡Rubiales dimite!», «¡Dimite!», la salida del mandatario federativo abre este lunes a toda plana los grandes diarios deportivos españoles.



«‘No voy a dimitir, no voy a dimitir’… y al final renunció», titula en su primera el diario Marca.

«Voy a hacerlo [dimitir], sí, porque no quiero continuar mi trabajo», avanzó Rubiales el domingo por la noche en una entrevista en el programa de televisión británico Piers Morgan Uncensored, y luego en una carta en sus redes sociales recogida por varios medios.



«Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación, ni al fútbol español», dijo Rubiales en ese texto.

La decisión de Rubiales «ha sido recibida con estupefacción por el momento y también con alivio» en la RFEF, asegura este lunes el diario Marca.

Su negativa inicial a dimitir en la asamblea del pasado 25 de agosto, afirmando que el beso fue consentido, dio paso a días de tensión en el fútbol español, con, incluso, la renuncia de 80 jugadoras y exjugadoras, entre ellas las 23 campeonas del mundo, a volver con la Roja mientras no hubiera cambios en la dirección.

 

– Elecciones –

 

Suspendido por 90 días por la FIFA, con una petición de dimisión por parte de los presidentes territoriales de fútbol y con sendos expedientes abiertos en la justicia deportiva y ordinaria, la dimisión de Rubiales despeja el camino a la RFEF para tratar de reorganizarse tras el terremoto producido.

La junta directiva de la RFEF, constituida en gestora, elegirá a una persona que actúe como presidente como paso previo a la celebración de elecciones, aunque está por ver si el elegido es Pedro Rocha, actual presidente interino y que es visto como un hombre de Rubiales.

Al mismo tiempo, la RFEF tratará de seguir dando pasos para su renovación como el dado al despedir al seleccionador femenino, Jorge Vilda, sustituido por su segunda, Montse Tomé, en busca de volver a acercarse a las jugadoras internacionales.

Las futbolistas vieron positivo ese cambio, pero insuficiente para hacerles repensar su decisión.

Según la Cadena Ser, las internacionales cree que «tiene que ser una federación diferente, que respete a Jenni, a las compañeras y les dé el lugar que se merecen» para volver.

La RFEF estaría negociando con las jugadoras para poder disponer de las campeonas del mundo el viernes, cuando Tomé dé la lista para los próximos partidos de Liga de Naciones.

En la federación «son optimistas, porque van a ofrecer cambios reales y creen que las convencerán», afirmó la Ser.

 

– Candidatura 2030 –

 

La salida de Rubiales, recibida por el gobierno español como «una buena decisión», también vuelve a despejar el camino para la candidatura al Mundial de 2030 de España, Portugal y Marruecos.

«Hace dos semanas estábamos mejor situados para el Mundial 2030 que hoy», afirmaba el pasado 28 de agosto el secretario de Estado español para el Deporte, Víctor Francos, cuando Rubiales aún se aferraba al cargo.

Según el diario As, quien convenció a Rubiales para que dimitiera fue el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, precisamente con ese argumento.

«El presidente de la UEFA y amigo personal de Luis Rubiales le ha hecho ver que su continuidad al frente de la RFEF podría  poner en peligro la candidatura europea para el Mundial 2030», afirma este lunes As.

«Tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030», había afirmado el propio Rubiales el domingo al dimitir.