Israel, considerado por el derecho internacional como una fuerza de ocupación en Gaza, tiene como objetivo de la guerra poner «fin» a sus «responsabilidades» en este territorio palestino, para crear una «nueva realidad de seguridad regional», afirmó este viernes el ministro de Defensa.

Yoav Gallant esbozó este viernes ante la Comisión Parlamentaria de Relaciones Exteriores y Defensa un plan de «tres fases» para la operación militar en curso.



Sus explicaciones se producen casi dos semanas después de que estallara el conflicto entre Israel y Hamás, tras un ataque sin precedentes de los combatientes del grupo islamista palestino, que penetraron en territorio israelí y dejaron más de 1.400 muertos.

La primera etapa del plan trazado por el ministro es el estado actual de bombardeos sin tregua en todo el enclave palestino, para lanzar después «la neutralización de los terroristas y la destrucción de la infraestructura de Hamás».



La respuesta del ejército israelí al ataque del 7 de octubre ha sido una campaña de bombardeos diarios de la Franja de Gaza, gobernada por Hamás desde 2007, que dejaron al menos 4.137 muertos, incluyendo más de 1.500 niños, según el Ministerio palestino de Salud.

La siguiente fase no durará «ni un día, ni una semana, ni un mes», declaró Gallant.

El ministro de Defensa afirmó que después de «atacar los focos de resistencia», el plan es «el fin de las responsabilidades de Israel en la Franja de Gaza».

Gallant afirmó que la campaña militar «pondrá en marcha una nueva realidad de seguridad para los ciudadanos de Israel».

Una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, que habló con AFP bajo condición de anonimato, indicó que Israel pretende «entregar las llaves» a Egipto, un país que tiene fronteras con este enclave y con Israel. Sin embargo, no hay garantías de que El Cairo quiera aceptar esta situación.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, se pronunció el miércoles contra un «desplazamiento» masivo de palestinos desde Gaza hacia Egipto.

El mandatario indicó que «la idea de forzar a los gazatíes a desplazarse hacia Egipto llevará a un desplazamiento similar» de palestinos de Cisjordania hacia Jordania, «lo que hará imposible el establecimiento de un Estado palestino».

Israel se retiró unilateralmente de Gaza en 2005, evacuando a sus colonos y a sus soldados, y poco después impuso un bloqueo a este enclave palestino, que se intensificó cuando Hamás tomó el poder en 2007.

La Franja de Gaza es un estrecho territorio de 362 km2 donde viven 2,4 millones de personas y según el Comité Internacional de la Cruz Roja, teniendo en cuenta las prerrogativas que ejerce Israel, en particular sobre sus fronteras, «sigue ocupado».

Egipto, que también tiene fronteras con la Franja de Gaza, controla el paso fronterizo de Rafah, que permanece completamente cerrado, incluso a la ayuda humanitaria, desde el inicio de esta última escalada bélica.