Reflexiones sobre la Intervención de la Policía Turística en un Evento Halloween en la Zona Colonial

Como residente de la Zona Colonial con una larga historia de vivencia en esta comunidad, considero esencial analizar la actuación de la Policía Turística en relación con los incidentes acontecidos durante una celebración callejera de Halloween el pasado sábado 28 de octubre.



Es innegable que la Policía Turística, bajo el liderazgo del comandante de Politur en nuestra zona, ha demostrado un alto grado de compromiso y un firme respaldo a nuestra comunidad. Su accesibilidad constante, con un número de contacto directo siempre disponible, ha fortalecido la relación de confianza entre la fuerza policial y los residentes locales. Además, la ejecución de labores de inteligencia y la implementación de medidas de seguridad adecuadas reflejan la dedicación de este equipo, dentro de las restricciones de recursos humanos y equipamiento que enfrentan.

La imposibilidad de cerrar por completo la Zona Colonial como respuesta a la convocatoria de la fiesta es un dilema crítico. No obstante, es relevante destacar que esta convocatoria no se trataba de una manifestación política, una huelga laboral ni una alerta terrorista. En su mayoría, la multitud estaba compuesta por jóvenes, muchos de ellos menores de edad, exaltados bajo los influjos del alcohol y las sustancias psicoactivas. En este contexto, cualquier intento de expulsar o detener a dichos individuos podría haber desencadenado una catástrofe de proporciones inimaginables.



La magnitud de la multitud descontrolada era tal que ni siquiera un contingente militar habría sido capaz de contener a estos jóvenes exuberantes. Cualquier enfrentamiento policial, en este contexto, hubiera resultado en una batalla campal, con graves daños a propiedades privadas y públicas, heridas en ambos bandos y la posibilidad de pérdidas humanas.

Personalmente, fui testigo de la situación, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada y documentando el evento en varias ocasiones. Pude observar al comandante de Politur desplegado en todas las áreas, esforzándose incansablemente por controlar una situación que se revelaba incontrolable.

En lugar de buscar fallas en la seguridad, es imperativo reconocer que la verdadera falla radica en la falta de compromiso de nuestra nación en la inversión de la educación, la cultura y el arte. Estos son pilares fundamentales que pueden abordar las causas subyacentes de eventos como el que presenciamos.

En resumen, como un residente de la Zona Colonial con profundos lazos en esta comunidad, insto a reflexionar sobre los factores más amplios que contribuyen a eventos caóticos como el mencionado, y a abogar por un mayor apoyo a la educación y la cultura como medio para prevenir futuros episodios similares.

Att. Un residente colonial.  Rafael Morillo