La exitosa franquicia Tigres del Licey ha contado con grandes figuras durante su extraordinaria historia de éxitos en el beisbol profesional dominicano.

A continuación te presentamos el ´All Star´ de todos los tiempos de la tropa azul, según una publicación en el portal Impacto Deportivo RD



‘El Jefe’ Cesarín Gerónimo, el mejor jardinero de todos los tiempos para los Tigres del Licey

Cesarin Geronimo (Pelotero)

Cuando aflora el tema del mejor jardinero central en la historia de los Tigres del Licey, sea en algún conglomerado técnico o de profesionales, incluyendo el amplio foro de fanáticos con que cuentan los felinos, a nadie se le ocurre pensar en otro nombre que no sea el del magnífico patrullero de la posición ocho, el seibano César Gerónimo.



Jugador defensor zurdo, dueño de una precisión casi perfecta y potencia de brazo inigualable, Cesarín paseó su talento como jardinero y también de buen bateador, durante 18 temporadas con el Licey, único club con el que jugó en la pelota otoño-invernal dominicana.

Gerónimo, cuyo apodo era ‘El Chief’ (‘El Jefe’), quien también brilló en Grandes Ligas, debutó con los azules en la temporada 1967-68, convirtiéndose de inmediato en uno de los estelares favoritos, no solo de los parciales liceístas, sino de todos los aficionados al béisbol profesional quisqueyano.

En Lidom, Gerónimo permaneció dieciocho temporadas, terminando con un promedio de .282. Se encuentra entre los 10 mejores jonroneros del equipo con 17,  además es segundo en juegos jugados con 681, segundo en veces al bate con 2,225, segundo en anotadas con 316, líder de dobles con 97, tercero en triples con 24, y líder en remolcadas con 254.

Pese a que llegó a ser un verdadero estelar del jardín central en Grandes Ligas, Gerónimo jugó mucho béisbol otoño-invernal en el país y se distinguió siempre por ser uno de los peloteros más productivos, tanto con el bate como a la defensa.

Cesarín bateó .300 en la temporada 1969-70, la primera de cinco campañas en las que bateó sobre la prestigiosa marca en la liga dominicana. Las otras fueron 1970-71 (.309), 1978-76 (.324), 1981-82 (.372) y 1982-83 (.341). Con éste último average atrapó el título de bateo, además esa temporada facturó 79 imparables, también líder del circuito, siendo estos sus dos únicos lideratos en el circuito beisbolero quisqueyano.

En MLB

Aunque Gerónimo hizo su debut en Grandes Ligas el 16 de abril de 1969 con los Astros de Houston, donde permaneció los primeros tres años, el patrullero central dominicano, luego pasó a los Rojos de Cincinnati en las siguientes nueve temporadas, donde llegó a ser miembro prominente de la famosa ‘Gran Maquinaria Roja’ durante la década de 1970. Sus últimos tres años jugó para los Reales de Kansas City.

Durante 15 temporadas en Grandes Ligas, Cesarín bateó para .258, con 51 jonrones y 392 carreras impulsadas, 460 carreras anotadas, 977 hits, 161 dobles, 50 triples, y 82 bases robadas. También fue dos veces campeón de la Serie Mundial con Cincinnati en 1975 y 1976, además de 4 veces ganador del Guante de Oro (1974, 1975, 1976 y 1977).

 ‘Guayubín’ Olivo, el ‘as’ del equipo ideal  en la  historia de los Tigres del Licey

Diómedes Antonio Olivo Maldonado, conocido como «Guayubín»  brilló  durante 11 temporadas en la pelota otoño-invernal dominicana, todas con los Tigres del Licey entre 1951 y la campaña 1963-64, que fue su última, siendo uno de los lanzadores más dominantes, no solo con los azules, sino en la historia de la pelota rentada local.

‘Guayubín Olivo, quien nació el 22 de enero de 1919, terminó su actuación en la pelota quisqueyana con impresionante récord de 86-46 en ganados y perdidos, acompañado de un excelente promedio de efectividad de 2.11 en once estaciones.

Olivo inició 67 juegos, trabajó 1166.1 entradas, en las que aceptó 1042 indiscutibles, otorgó 260 boletos y retiró a 742 rivales por la vía del ponche.

Olivo fue el hermano mayor del también lanzador Chi-Chi Olivo, y padre del lanzador Gilberto Rondón. Falleció en Santo Domingo el 15 de febrero de 1977.

En cuatro  ocasiones ganó diez partidos en el béisbol profesional dominicano (10-5 en 1951, 10-5 en 1952, 10-4 en 1956-57 y 10-6 en 1960-61).

Guayubín mostró su dominio como pícher en la pelota profesional quisqueyana ganando tres lideratos de efectividad en Lidom, siendo estas 1.90 en 1951, 1.33 en 1952 y 1.00 en 1954.

En la Liga Dominicana, militando con los Tigres del Licey tuvo excelentes actuaciones, por lo cual llegó  a ser bautizado como «La Montaña Noroestana». También jugó para los Leones del Escogido.

Debido a sus grandes faenas para los azules, Olivo ha sido considerado como el lanzador número uno del equipo ideal de los felinos en la historia de ese glorioso conjunto.

En Grandes Ligas, Olivo lanzó unas tres temporadas entre 1960 y 1963 para los Piratas de Pittsburgh  y los Cardenales de San Luis.

Guayubín debutó con los Piratas de Pittsburgh a los 41 años el 5 de septiembre de 1960, siendo el beisbolista que inicia con más edad en las mayores después de Satchel Paige.

‘El Menor’ Aybar, el más emblemático Torpedero  en la historia del Licey

Dos décadas han transcurrido desde que  el pequeño gigante de Baní Erick Aybar, hizo su debut con los Tigres del Licey, y de inmediato empezó a mostrar que si su estada en el béisbol otoño-invernal era prolongada, entonces los azules habían descubierto un diamante en bruto, que les rendiría pingues beneficios en futuras estaciones.

Aybar debutó con los felinos en la temporada 2003-04 y jugó hasta la estación 2021-2022 defendiendo el campo corto y de inmediato no solo se adueñó de la exigente posición seis, sino que se convirtió rápidamente en el principal catalizador ofensivo de la gloriosa tropa añil.

Erick se hizo muy popular entre los aficionados azules debido a todo lo que podía hacer en el terreno, combinando excelente defensa, velocidad para correr las bases y un bateador que desde el principio mostró que con el paso de los años, sería cada vez uno de los outs más difíciles del circuito local.

Aybar formó, junto a sus compañeros Anderson Hernández y Emilio Bonifacio, entre otros, el famoso grupo denominado ‘Los Menores’ que tantos momentos de triunfos y gloria aportaron al Licey, llegando a convertirse en hombres verdaderamente temibles con el madero, que hicieron sufrir mucho al pitcheo contrario.

Durante su estada en el béisbol profesional dominicano, Aybar ha participado en 241 partidos, en los que ha consumido 948 turnos, acumulando 281 hits, 34 de ellos dobles, 13 triples, 9 jonrones, 141 carreras anotadas, 100 remolcadas, ha recibido 71 transferencias, se ha estafado 44 bases y exhibe promedio al bate de .271 y OBP de .685.

Otra característica grandiosa de Erick Aybar en cuanto a sus aportes al Licey es que ha sido un jugador especialmente decisivo en postemporadas para el equipo que más corona ha ganado en la pelota rentada criolla.

Erick, mostrando siempre toda la velocidad que puede generar en las bases, ha sido dos veces líder de triples en el béisbol otoño-invernal dominicano. La primera fue en la temporada 2006-07 con cuatro y la segunda en 2007-08 con tres, empatado con Freddie Bynum, de las Estrellas Orientales.

Grandes Ligas

En las Mayores Erick Aybar debutó en 2006 con Los Ángeles de Anaheim, equipo con el que permaneció durante nueve temporadas (hasta 20015).

También ha jugado para los Bravos de Atlanta, Tigres de Detroit y  Padres de San Diego. En la actualidad forma parte de los Acereros de Monclova, en la Liga de México.

En Grandes Ligas tiene promedio al bate de por vida de .273, con 51 cuadrangulares y 451 vueltas empujadas.

Erick ganó el galardón al ‘Guante de Oro’ como defensor del campo corto en la temporada de 2011 y fue convocado al Juego de Estrellas en 2014  como miembro de Anaheim.

Henry el ‘Matatán azul’ hizo tronar los bosques con los Tigres del Licey

Henry Rodríguez, nacido en Santo Domingo, el famoso y popular ‘Matatán azul’, ha sido uno de los toleteros más carismáticos y decisivos que hayan accionado en el béisbol otoño-invernal dominicano.

Y ni hablar de lo productivo que Rodríguez fue con la exitosa franquicia Tigres del Licey, equipo para el que jugó durante toda su carrera en el circuito quisqueyano.

Henry hizo su debut con el Licey en la temporada 1987-88, jugando en trece campeonatos. Terminó con promedio de por vida de .265, disparó 20 cuadrangulares y remolcó 137 carreras.

Rodríguez era jardinero e inicialista. En esta última posición brilló en la defensa grandemente en la pelota criolla. Además, su capacidad para conectar batazos de todos los calibres en momentos dramáticos, en especial en los playoffs, le hizo ganar el bien merecido apodo ‘Matatán azul’.

Expertos e historiadores del béisbol profesional otoño-invernal dominicano señalan la temporada 1990-91 como la más brillante coleccionada por Rodríguez a lo largo de sus 13 estaciones en dicho evento.

En esa memorable campaña, Henry fue un verdadero azote con el madero. De los 39 partidos en que accionó sólo una vez se fue en blanco en dos juegos sucesivos.

En los últimos 6 partidos de la campaña bateó de 25-9, para un abultado promedio  de .360. Terminó con 11 juegos de hits múltiples, y en 6 de ellos logró tres incogibles. Su average  fue de .316, el mejor de su carrera con 48 inatrapables en 152 turnos al bate.

En la semifinal el toletero azul bateó para un robusto promedio de .362 coleccionando 21 hits en 58 turnos, con 8 remolcadas y 7 anotadas. Su bate continuó sonando con fuerza en aquella final ganada por el Licey 4-1 a los Leones del Escogido, en la que Henry bateó de 21-12, .571, con 10 anotadas, 6 impulsadas, un doble, 2 triples y un jonrón.

En Grandes Ligas

En Grandes Ligas, Henry Rodríguez hizo su debut el 5 de julio de 1992 con los Dodgers de Los Ángeles. Además de esa franquicia, el  ex jardinero e inicialista  jugó para los  Expos de Montreal, Yankees de Nueva York, y Marlins de la Florida desde 1992 hasta 2002.

Rodríguez fue miembro del equipo All-Star de 1996 de los Expos de Montreal en la Liga Nacional, alcanzando un récord de 36 jonrones ese año.

De por vida en las Mayores el toletero sancarleño terminó con promedio al bate de .259, coleccionó 160 vuelacercas y 523 carreras empujadas.

Asencio,  el ‘apaga fuegos’ número uno del Licey y de todos los tiempos en Lidom

Jairo es considerado el más grande cerrador en la historia del  béisbol profesional dominicano

Jairo Asencio, nativo de Sabana Grande de Palenque, es considerado el más grande relevista que haya vestido el uniforme del glorioso equipo Tigres del Licey, y lo ha hecho en un tiempo relativamente corto, ya que no fue hasta la temporada 2013-14 cuando este extraordinario lanzador de relevo aterrizó en la nómina azul.

Pero no solo con los Tigres, en sentido general Asencio es considerado como «el mejor relevista de toda la historia» en el béisbol profesional dominicano, por ser el líder histórico en salvamentos en serie regular con 155.

Asencio debutó en el béisbol otoño-invernal dominicano en la temporada 2006-07 con las Águilas Cibaeñas, equipo con el que actuó en esa única campaña, siendo cambiado luego a los entonces Azucareros del Este, franquicia con la que permaneció durante las siguientes cinco estaciones.

Con la tropa de La Romana, Asencio dio muestras de lo que sería capaz de  hacer a la hora de salvar partidos desde la lomita de los sustos, preservando 29 triunfos para ese equipo en un tramo de cinco campaña, siendo su última la 2012-13.

Sin embargo, es con los Tigres del Licey, equipo al que llegó en 2013-14, donde Asencio ha sabido hacer su verdadera erupción como relevista, convirtiéndose en el nuevo rey del rescate de la pelota otoño-invernal quisqueyana.

Jairo se adueñó de la marca de más salvados de por vida en la pelota rentada criolla, cuando arribó a 89, superando los 88 del también legendario taponero Arturo Peña, de las Águilas Cibaeñas.

El rey de los rescates de Lidom, quien en su campaña inicial se hacía llamar Luis Valdez, logró sus dos primeros partidos salvados en la campaña 2009-10, cuando fungía como preparador de mesa del entonces cerrador estelar Julio Mañón, de los Azucareros (actuales Toros del Este).

Con los Tigres del Licey, Asencio ha sido líder de salvados en Lidom en ocho ocasiones, incluyendo cuatro de los últimos cinco años, 2018-19 (14), 2019-20 (11), 2021-22 (14) y 2022-23 (15).

El  primer liderato de salvados de Jairo lo consiguió con los Azucareros del Este con 12 en la temporada 2012-13, su última con esa franquicia.

Al año siguiente fue transferido a los felinos y de inmediato se hizo nuevamente con el liderato de salvados con 17, su segundo consecutivo, además de su mayor total en una campaña.

Asencio volvió a dominar el liderato de rescate nueva vez dos temporadas seguidas con 14 y 15, respectivamente en 2015-16 y 2016-17.

Desde la temporada 2013-14 hasta la pasada estación, Asencio tiene marca de por  de 5-11 con 108 juegos salvados y promedio de efectividad de 2.26 y ha retirado a 161 rivales por la vía del ponche.

 Menciones honoríficas para Bonifacio y Hernández

Entre las grandes figuras de todos los tiempos de los Tigres del Licey, vale destacar al actual capitán y jardinero central de los azules, Emilio Bonifacio, quien recientemente arribó a 400 hits en el béisbol profesional dominicano.

También al retirado gran torpedero e intermedista Anderson Hernández, quien debutó con los azules en 2004-05, siendo una sensación de inmediato, formando la famosa trilogía conocida como ´Los Menores´, junto a Bonifacio y a Erick Aybar.

Francisco, ‘Rey del Jonrón’,  el designado ideal en el Todos Estrellas Tigres del Licey

‘El Rey del Jonrón’, ‘El Caballo Azul’, Juan Francisco, debe ser sin duda alguna el bateador designado de luxe en el ‘All-Star’ de todos los tiempos de cualquier equipo del béisbol otoño-invernal dominicano

Y no es para menos, Francisco ha disparado 64 jonrones en el béisbol profesional otoño-invernal dominicano, siendo el hombre que más pelotas ha sacado del parque en la historia del llamado ‘pasa tiempo’ favorito de los quisqueyanos.

Los Tigres del Licey no pueden ser la excepción.  Francisco, quien hizo su debut en Lidom con los Gigantes del Cibao en la temporada 2007-08 jugando las primeras cuatro campañas con esa franquicia, donde sacó 30 pelotas del parque, con los  azules ha continuado pegando fuego al circuito, confirmando que en verdad es el mejor jonronero de todos los tiempos en el béisbol profesional criollo. Sin incluir la temporada 2018-19, Francisco promediaba .281 en Lidom, fruto de 391 hits en 1355 turnos agotados, entre sus batazos cuenta 64 jonrones, 69 dobles y 8 triples. Ha remolcado 253 carreras y anotado 194 en 319 juegos en que ha participado.

Francisco ha soplado 34 cuadrangulares desde que llegó a la exitosa franquicia azul en la temporada 2011-12, después de fletar 30 con su primer equipo en la pelota quisqueyana, los Gigantes del Cibao.

Con 64 bambinzaos, el temible toletero zurdo de los azules, se mantiene como líder de todos los tiempos en ese departamento, cantidad esta que tiende a aumentar, pues Juan aún se mantiene activo en la pelota profesional otoño-invernal.

Francisco, se convirtió en el nuevo rey histórico de cuadrangulares de la Liga Dominicana de Béisbol, al disparar su número 62 el domingo 17 de diciembre de 20017 en el estadio Quisqueya Juan Marichal, en un partido contra las Águilas Cibaeñas.

El tablazo de Francisco dejó  atrás al retirado Mendy López, de las Águilas, que sopló 61 y queda segundo, superando a Félix José (60) y Ricardo Carty (59).

La devastadora ofensiva de Francisco se hizo sentir desde su primer año en Lidom, cuando conquistó el premio al Novato del Año. En 40 partidos para el equipo, bateó para.360 con 37 carreras impulsadas, y sus 12 jonrones establecieron el récord de jonrones de la Lidom en temporada regular para un bateador zurdo.

Su status de toletero de alto nivel nunca ha sido puesto en duda en el circuito criollo, ganando el galardón al Jugador Más Valioso de manera consecutiva en las temporadas 2009 y  2010.

Tony ‘Cabeza’ Fernández ‘El Fantasma Azul’ ‘enloqueció’ a la fanaticada de los Tigres

Octavio Antonio Fernández, nacido en 1962 en San Pedro de Macorís, mejor conocido como ‘Tony Cabeza’, quien debutó con los Tigres del Licey en la temporada otoño-invernal 1981-82, ha sido considerado siempre uno de los  mejores hombres que hayan jugado el campo corto en este circuito.

Y si de defensa se habla, la mayoría lo considera el más grande y espectacular defensor de las paradas cortas en la pelota profesional criolla, creador de  un estilo único, siendo adorado prácticamente como si fuera un ‘Dios’ por los feligreses azules.

Gran defensor, que se hizo mejor bateador con el pasar de los años, carismático, taquillero como el que más, en fin uno de los peloteros más seguidos en los anales de la pelota quisqueyana.

Fruto de su espectacular y eficiente defensa del campo corto, también fue llamado en ocasiones ‘El Fantasma Azul’.

Debido a su meteórico desarrollo y ascenso en el béisbol organizado de los Estados Unidos, que lo llevó a establecerse rápidamente en Grandes Ligas como uno de los grandes siore de su generación, fueron sólo seis las temporadas que Tony Fernández pudo jugar con el Licey, único equipo con el que accionó en el campeonato local.

Fernández terminó con promedio de .268, 211 hits, 20 dobles, 10 triples, 60 remolcadas en 788 turnos al bate y 215 juegos en que participó con la franquicia azul.

Su mejor temporada con los azules, sin dudas, aconteció en 1985-86, en la que bateó para un astronómico promedio de .364 puntos, siendo un verdadero azote contra los lanzadores a lo largo de esa memorable campaña.

Además de su altísimo promedio de bateo, Cabeza Fernández remolcó 19 vueltas, anotó 28, conectó 4 triples y 6 dobles, de un total de 67 indiscutibles, su más alto total de batazos por terreno de nadie en la liga. También se estafó 24 bases en 53 partidos.

Después de 1985-86, Tony hizo una prolongada pausa en cuanto a su participación en el béisbol otoño-invernal criollo producto del status de estelar que había alcanzado en Grandes Ligas. Retornó al circuito en la campaña 1995-96, en la que bateó .385 puntos, aunque en sólo 7 partidos jugados.

En MLB

Cabeza Fernández fue descubierto por el famoso scout dominicano de los Azulejos de Toronto Epifanio- Epy- Guerrero  y fue firmado como amateur sin reclutar por esa franquicia, logrando su ascenso a Grandes Ligas en 1983, siendo la estrella del campo corto de los ‘Blue Jays’ durante varios años.

Terminó su carrera con un promedio de bateo de .288 en 2158 partidos jugados, y bateó .327 en postemporada. Remolcó 844 carreras,  se estafó 246 bases disparó 94 jonrones, 414 dobles y 92 triples en 17 temporadas divididas entre Toronto, San Diego, Cincinnati, Yankees y Cleveland.

También en las mayores destacó por sus habilidades defensivas, estableciendo récord para un defensor del campo corto con porcentaje de fildeo de .992 en 1989.

Además fue galardonado con cuatro Guantes de Oro consecutivos por su defensa entre 1986 y 1989. Algunos expertos piensan que debió ganar algunos 3 mas incluyendo 1 en tercera base cuando cometió1 solo error en 101 partidos en 1994.

‘El Gran Capitán’ Pedro González, un ‘artista’ de la intermedia para el Licey

Pedro González (El Gran Capitán), fue un verdadero ‘Money player’, considerado un ícono para los Tigres del Licey durante 10 de las trece temporadas que jugó en la pelota otoño-invernal dominicana.

González, nacido el 12 de diciembre de 1937 en San Pedro de Macorís, fue reclutado por primera vez con el equipo Aviación Militar Dominicana.

El magnífico intermedista oriental debutó con el Licey en la temporada de 1957-58, y de inmediato dio destellos de que sería todo un estelar en el béisbol profesional dominicana.

Con los azules, González jugó durante una década, finalizando su actuación con ese glorioso equipo en la temporada de 1969-70.

González tuvo memorables actuaciones con los felinos, siendo siempre considerado un artista en la defensa de la segunda almohadilla, además de su buena ofensiva, cuyo arsenal incluso podía exhibir cierto poder para disparar  jonrones.

Además, Pedro fue considerado siempre un gran bateador en los momentos apremiantes.

En la liga dominicana, González tuvo de por vida  totales de 663 hits, 320 carreras anotadas con un promedio al bate de .263 en 644 partidos y 2,519 turnos al bate. Además remolcó 213, 86 dobles, 27 triples, 22 jonrones, 63 bases robadas, 123 bases por bolas y recibió 230 ponches, números que le sirvieron de empuje para ser denominado como  apodado «El gran Capitán”.

Con la tropa azul bateó en dos ocasiones sobre la sobresaliente marca de los trescientos puntos (.305 en la temporada 1960-61 y .357 en 1964-65). Siendo esta última su mejor registro en cuanto al promedio de bateo se refiere. En la estación 1960-61 remolcó además 37 carreras, que fue su total más alto para una temporada en la pelota invernal quisqueyana.

También bateó .300 y .314 puntos en las temporadas 1970-71 y 1971-72, las dos primeras de las tres que permaneció con las Estrellas de Oriente, siendo estas sus últimas tres campañas en la pelota profesional dominicana.

Grandes Ligas

El exintermedista fue firmado como amateur 1958 por los Yankees de Nueva York, convirtiéndolo en el primer pelotero dominicano en formar parte de esa legendaria organización.

Durante su carrera en las mayores completó un total de 407 juegos con los Yankees (1963-65) y los Indios de Cleveland (1965-1967), terminando con un récord de 264 hits, 70 carreras impulsadas y con un promedio de bateo de .244.

Landestoy, uno de los grandes de todos los tiempos Tigres del Licey

El ‘Guabá’ fue siempre una bujía inspiradora para los azules

Doce temporadas consecutivas defendiendo el infielder y los jardines del glorioso Tigres del Licey, rindiendo un mundo para la causa azul, avalan al banilejo Rafael Landestoy como uno de los grandes hombres que hayan vestido el uniforme añil durante toda su historia el campeonato de béisbol otoño-invernal dominicano.

Landestoy debutó con el Licey en la temporada 1973-74, franquicia en la que permaneció hasta 1984-85, y en ese tramo escribió con letras de oro su nombre en la gran historia de los azules.

En sus últimas dos temporadas (1985-86 y 1986-87), ‘El Guabá’, como era popularmente llamado por compañeros de equipo y aficionados, defendió los colores de la desaparecida franquicia Caimanes del Sur y Leones del Escogido, respectivamente, para completar catorce en la pelota profesional quisqueyana.

Rafael dejó una impronta importante en la franquicia azul, siendo el líder del club en robos de bases con 121 y tercero en turnos agotados con 2,197, sólo detrás de Teodoro Martínez y César Gerónimo.

Landestoy figura en el décimo lugar en juegos jugados en la Liga Dominicana con 610 y en noveno lugar en veces al bate con 2,197. Posee el sexto lugar en carreras anotadas con 319 y quinto en base por bolas con 234.

El pimentoso jugador azul cerró su historial en el béisbol dominicano con promedio de .265, con 160 carreras remolcadas, 319 anotadas, 41 dobles, 21 triples, 121 bases robadas y un total de 583 hits en 2197 turnos agotados en 610 partidos.

Su mejor campaña productiva para los Tigres fue la de 1977-78, en la que bateó para .311 con 20 carreras empujadas, 34 anotadas y 12 estafas.

Landestoy aportó al Licey también como dirigente. Fue nombrado manager de los azules desde 2005 hasta 2007 llevando el equipo a la victoria en la temporada 2005-06.

En Grandes Ligas

Rafael Landestoy debutó en Grandes Ligas el 27 de agosto de 1977 con los Dodgers de Los Ángeles y permaneció durante diez años al más alto nivel del béisbol. Jugó además para los Astros de Houston y Rojos de Cincinnati. Terminó su carrera en las mayores con average de .237, fruto de 291 hits en 1,226 turnos. Entre sus batazos figuran 32 dobles, 17 triples y 44 jonrones.

Gilberto ‘Malanga’ Reyes, el mejor catcher defensivo en  la historia de los Tigres del Licey

Todos lo recuerdan como aquel fornido receptor novato, prometedor prospecto de los Dodgers de Los Ángeles, pero que nunca pudo establecerse como cátcher de planta  en el béisbol de Grandes Ligas.

Nos referimos al legendario máscara Gilberto Reyes, apodado ‘Malanga’,  quien durante 16 temporadas deleitó con su talento para llevar el juego, además de un potente  brazo que metía miedo a sus rivales, defendiendo la posición número dos con los Tigres del Licey.

Gilberto nació en Santo Domingo el 10 de diciembre de 1963 y es uno de los mejores defensores de la difícil y exigente posición 2, en la historia de la pelota otoño-invernal dominicana.

Ofensivamente Reyes era un bateador bastante vulnerable y nunca pudo conecta la pelota con efectividad, salvo en algunas ocasiones en las que su buena estatura y construcción muscular le permitían llevar la bola bastante lejos.

Durante su carrera en la pelota otoño-invernal dominicana (debutó en  1981-82), Gilberto terminó con un promedio al bate de .210. Participó en 492 partidos, pegó 264 hits en 1258 turnos, ligó 43 dobles, 6 triples y 11 jonrones, agregando 135 carreras remolcadas, 102 anotadas, recibió 147 boletos, se ponchó 202 veces y se estafó 8 bases.

En la temporada 1986-87, su quinta en el circuito dominicano, Reyes bateó .333, siendo la única vez en la que pudo conseguir un promedio superior a la marca de .300.

En Grandes Ligas

Gilberto Reyes  fue firmado como jugador  amateur por los Dodgers  de  Los Ángeles el 15 de enero de 1980 y pasó cuatro temporadas en el sistema de fincas de los Esquivadores,  antes de hacer su debut con el popular conjunto del Oeste de la Liga Nacional en Grandes Ligas, el 11 de julio de 1983.

Reyes jugó con los Dodgers desde 1983 hasta 1988, luego fue transferido a Montreal, donde permaneció hasta el momento de su retirada el 6 de octubre de  1991. En MLB terminó su carrera con promedio al bate de .202 con 14 carreras empujadas.

Teddy Martínez, pelotero que valió su peso  en oro para el ‘Glorioso’  Tigres del Licey

Un pesado total de 20 temporadas ininterrumpidas con un solo equipo, siendo en ese tramo figura de primer orden, líder dentro y fuera del terreno, es un currículum que muy pocos peloteros pueden exhibir en la Liga de Béisbol Profesional de República Dominicana.

Uno de ellos es el súper popular y carismático defensor del infielder, el  mejor antesalista de todos los tiempos del glorioso equipo Tigres del Licey, el carismático Teodoro Martínez.

Cariñosamente llamado Teddy por los parciales azules, Martínez escribió páginas gloriosas de entrega y éxito para los azules, con su defensa impecable y electrizante en la antesala y su bate casi siempre oportuno.

Teodoro, nativo de Barahona, jugó para los Tigres sin fallar desde la temporada 1966-67 hasta la campaña que marcó su retirada de la pelota otoño-invernal criolla (1985-86).

Debido a su constante y consistente accionar con los felinos, Teddy se convirtió en una verdadera figura en la cueva azul, siendo uno de los jugadores más demandado por los fanáticos liceístas que siempre le buscaban y aplaudían en cada una de sus jugadas en la antesala.

Su popularidad en Lidom trascendió los linderos del Licey, pues también logró ser un pelotero bastante querido y respetado por los aficionados de los demás equipos.

Martínez concluyó su carrera en la pelota profesional quisqueyana con un total de 661 hits, 76 dobles, 22 triples, 9 jonrones, 282 carreras anotadas, 222 remolcadas y un promedio al bate de .266 en 715 partidos jugados y 2,482 turnos consumados.

?Debido a su entrega, fidelidad y gran rendimiento para los azules durante 20 campañas, Teodoro fue inmortalizado por Los Tigres del Licey como “Estelar de Estelares», donde se escogió los mejores 100 beisbolistas de ese equipo. ?

Grandes Ligas

Martínez jugó en Grandes Ligas, tras ser firmado por los Mets de Nueva York como amateur en 1966. Durante su carrera en las mayores militó para Mets de Nueva York, Cardenales de San Luis, Atléticos de Oakland y Los Ángeles Dodgers.

Debutó en la temporada de 1970 con los Mets participando en cuatro juegos. Martínez ayudó a los Mets a ganar el banderín de la Liga Nacional en 1973, a los Atléticos a ganar en 1975 en la División Oeste de la Liga Americana y a los Dodgers en 1977 y 1978 en la Liga Nacional.

Jugó durante temporadas en las mayores participando  en 657 partidos, terminando con 1,480 turnos al bate, 165 carreras anotadas, 355 hits, 50 dobles, 16 triples, 7 jonrones, 108 carreras impulsadas, 29 bases robadas, 55 bases por bolas y .240 en promedio de bateo.

Manny Mota, la figura por excelencia de los Tigres durante 17 temporadas

Pese a haber hecho su debut (temporada 1957-58) y jugado sus primeras tres campañas con los Leones del Escogido en el béisbol otoño-invernal dominicano, Manuel Mota, ha sido uno de los principales símbolos de todos los tiempos para la gloriosa franquicia azul de los Tigres del Licey.

El fino bateador y eficiente jardinero, a quien los fans de la pelota rentada local apodaban cariñosamente ‘El Chory’, jugó durante 17 de sus 20 temporada en el país con los felinos, siendo hombre decisivo para innumerables coronas y logros de los azules, tanto aquí con en la Serie del Caribe.

Líder natural, aglutinador, muy popular y respetado por todos, Mota además fue manager triunfador con los azules, O sea, que el patrullero izquierdo nativo de Santo Domingo, aportó al Licey en ambos roles.

Manny Mota participó en 713 partidos en el béisbol profesional dominicano, agotando 2,400 turnos, disparó 800 hits, entre ellos 78 dobles, 42 triples y 9 jonrones. Se estafó 48 bases, remolcó 240 carreras, anotó 242 y cerró su actuación con un promedio de por vida de .333.

En cuatro ocasiones Mota remolcó más de 20 anotaciones en la pelota quisqueyana, siendo su mayor total las 32 que logró traer al hogar en la temporada 1958-59, su segunda en la liga, cuando militaba aún con los escarlatas.

Mota bateó para un astronómico .379 en la temporada 1963-64, su más alto en el circuito. En tres ocasiones. En tres ocasiones tuvo average sobre los .360 (.364 en 1964-65, .360 en 1966-67 y .367 en 1968-69).

Lideratos de bateo y hits

Manny atrapó el liderato de bateo en Lidom en tres temporadas consecutivas con .344 en 1960-61, .379 en 1963-64 y .364 en 1964-65.  También atrapó tres lideratos en hits en 1963-64, 1964-65 y 1966-67, con 74, 72 y 77 imparables, respectivamente.

Su más alto promedio de bateo en una temporada en Lidom fue de .500 pero sólo participando en 17 desafíos, en la temporada 1979-80, su penúltima en el circuito criollo.

En Grandes Ligas

En las mayores, Manuel Mota también  jugó 20 temporadas, debutó el 16 de abril de 1962 con los Gigantes de San Francisco, jugando además para Piratas de Pittsburgh, Expos de Montreal y Dodgers de los Ángeles. Su promedio de bateo de por vida fue de .3.04.