Joe Biden intenta impulsar este viernes su campaña para las presidenciales de noviembre con un discurso en el que advertirá de la amenaza que, según él, representa Donald Trump para la democracia, tres años después del asalto al Capitolio.

A la zaga o codo con codo con Trump en las encuestas, el demócrata de 81 años insistirá en que su probable rival republicano es una amenaza para la nación en un discurso cerca de Valley Forge, en Pensilvania, un lugar histórico de la guerra de independencia de Estados Unidos. 



Una inminente tormenta invernal obligó a adelantar el discurso un día. Estaba previsto el sábado para hacerlo coincidir con el tercer aniversario del asalto al Capitolio por parte de una turba de simpatizantes de Trump que pretendía anular la certificación de la victoria de Biden en las elecciones de 2020.

El asalto al Capitolio sigue siendo un tema divisorio en Estados Unidos: una cuarta parte de los estadounidenses cree, sin pruebas, que el FBI estuvo detrás, según un sondeo del Washington Post y de la Universidad de Maryland publicado esta semana. 



El esfuerzo por impulsar la tambaleante campaña de Biden, que se autodefine como un defensor de la democracia, continuará el lunes con una visita a una iglesia de Carolina del Sur donde un supremacista blanco mató a tiros a nueve feligreses negros en 2015.

La jefa de campaña, Julie Chávez Rodríguez, estimó que el discurso electoral que Biden pronunció hace cuatro años sigue siendo pertinente. En él afirmaba liderar una «batalla por el alma de Estados Unidos».

«La amenaza que Donald Trump supuso en 2020 para la democracia estadounidense no ha hecho más que agravarse en los años transcurridos desde entonces», afirma en un comunicado.

Los lugares de los primeros discursos de Biden en 2024 son simbólicos, sobre todo el primero, cerca de Valley Forge, donde George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, reagrupó a las fuerzas militares que lucharon contra el imperio británico hace casi 250 años.

«Hemos elegido Valley Forge porque George Washington unió allí a las colonias», dijo el vicedirector de campaña Quentin Fulks.

«Después se convirtió en presidente y sentó el precedente de la transición pacífica del poder, algo que Donald Trump y los republicanos se negaron a hacer», añadió.

 

– «Horrible» –

 

Algunos demócratas han criticado a Biden por haber tardado en hacer arrancar la campaña.

Biden no ha logrado convencer a los votantes de que la economía mejora a pesar de las cifras favorables, y los estadounidenses se siguen quejando de los precios de la comida y de la vivienda.

Tiene otros obstáculos por delante, como la migración a través de la frontera con México, la división en su partido por su apoyo a la guerra de Israel contra el movimiento islamista palestino Hamás o el bloqueo en el Congreso a su petición de más fondos para Ucrania.

La negativa de Biden a mencionar las inculpaciones penales de Trump para evitar que parezca que está influyendo en el poder judicial también le ha privado de una de sus armas más potentes contra el millonario republicano, de 77 años.

Pero quizá la mayor vulnerabilidad de Biden sea su edad, sobre todo después de una serie de caídas y de desatinos.

Trump adelanta a Biden en varias encuestas y el índice de aprobación entre la opinión pública del presidente demócrata es catastrófico.

«Si las elecciones se celebraran mañana el presidente Biden perdería», declaró a la AFP William Galston, investigador de Brookings Institution.

Los discursos de Pensilvania y Carolina del Sur mostrarán que Biden abordará la carrera presidencial como una elección directa entre él y el ex presidente, a pesar de que las primarias para elegir al candidato republicano empiezan el 15 de enero y durarán meses.

Los demócratas también atacan a Trump en temas como el acceso al aborto y la atención sanitaria.

En su primer anuncio del año en televisión Biden advierte de una amenaza «extremista» para la democracia, con imágenes del ataque al Capitolio y música dramática.

«Fue algo horrible», declaró el jueves a los periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. «El presidente va a seguir hablando de ello», añadió.