La fiscalía de Italia anunció el martes que abrió una investigación sobre el secretario de Estado de Cultura, que habría exhibido en una exposición una pintura supuestamente robada, acusaciones que el funcionario desmiente.

Vittorio Sgarbi, un famoso historiador y crítico de arte, nombrado en el gobierno de Giorgia Meloni, habría disimulado el origen ilícito de la pintura «La captura de San Pedro», indicó a la AFP la fiscalía de Macerata (centro).



La fiscalía hizo su anuncio tras la difusión por televisión pública Rai de un reportaje sobre el cuadro del artista italiano del siglo XVII Rutilio Manetti exhibido durante una exposición organizada por Sgarbi en 2021 y casi idéntico a uno robado en 2013.

Su dueño había señalado a la policía el robo de la pintura en su castillo, añadiendo que ésta había sido recortada y retirada de su cuadro.



Según el programa Report, unas semanas antes del hurto, un hombre había contactado al dueño con la intención de comprarle la pintura. Este hombre fue identificado por la Rai como un amigo de Sgarbi.

El mismo año, ese hombre entregó un lienzo recortado a un experto en restauración que afirmó a la Rai que se trataba de la pintura robada en el castillo.

La pintura fue exhibida por Sgarbi en 2021 y sólo tenía una pequeña diferencia con la original: una vela en la esquina superior izquierda. Según el restaurador, este detalle se añadió tras el robo, para desviar sospechas.

Vittorio Sgarbi rechazó contundentemente las acusaciones. Afirma haber encontrado el cuadro en una villa, antigua propiedad de una familia noble y donde se habría alojado el Papa Inocencio X, comprada por su madre en el 2000.

«No hay ningún misterio, hay dos cuadros», afirmó el lunes por la noche en el canal privado Rete 4.

Según él, el cuadro robado en 2013 es una «copia» que data del siglo XIX, mientras que el suyo es un original.

Según él, el experto en restauración quería vengarse hablando con los medios porque le debía una gran suma de dinero.

Sgarbi es objeto de otra investigación, abierta en octubre por el organismo de control de la competencia italiano, por haber cobrado por aparecer en conferencias, una práctica prohibida a los miembros del gobierno.