La Feria Internacional de Turismo (FITUR 2024) tiene una historia que no todo el mundo conoce o recuerda.  FITUR es la primera gran cita anual del turismo global, la más importante del mundo en español y el mercado fundamental para los mercados emisores y receptivos de Iberoamérica.

El inició de FITUR fue determinado por una serie de conversaciones entre empresarios turísticos españoles y particularmente hoteleros, en 1980, que reflexionaban sobre la necesidad de crear un evento ferial en español que abriera el año para la industria del turismo internacional. RD fue invitada a la primera entrega de FITUR, en 1981, con un equipo de personas al servicio de la delegación. ¿A qué, realmente acuden los periodistas?



FITUR agotó un proceso de intercambio y reflexión que transcurrió desde enero de 1980 durante una cena de grupo de empresarios españoles, quienes decidieron continuar sus conversaciones y transformar la inquietud y necesidad de una gran feria turística, para ser montada en enero de 1981.

El Comité Organizador, tutelado por FITUR, convocó la primera edición de la feria del 6 al 15 de febrero de 1981, inaugurada por Su Majestad el Rey, acompañado de José Luis Álvarez, entonces ministro de Transportes y Comunicaciones. Un ceremonial simbólico y protocolar que fue reportado como noticia importante por la Radio Televisión Española (RTVE).



Fue una iniciativa auspiciada por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid, en la que jugó un papel clave Julio González-Soria, presidente en ese momento de la Comisión de Turismo de la Cámara, que permaneció posteriormente durante más de 25 años en el Comité.

La primera edición aconteció en 1981, cuando el 30 de enero de 1981, en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo, se celebró esa primera edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid. Participaron entonces en esa primera entrega del evento 37 países y todas las Comunidades Autónomas, excepto el País Vasco.

El Palacio de Cristal de la Casa de Campo, es un edificio emblemático del sector ferial español. Disfruta además de unas espectaculares vistas del Palacio Real y la Catedral de La Almudena. Dispone de una amplia zona de exposición, distribuida en tres niveles unidos entre sí por ascensores y escaleras.

Hoteleros españoles, que habían publicado en diversos medios de información orientados al turismo, su deseo de crear un evento iberoamericano que fuera marco para el encuentro, el intercambio y el negociado de operaciones turísticas entre países emisores y receptores, estimular las inversiones españolas y acercar a quienes son actores de la industria.

Asi era la fachada de IFEMAen los tiempos de fundación de FITUR

La finalidad era servir como “punto de encuentro global entre los profesionales del turismo”. El presidente de honor fue el rey Juan Carlos I, cuya presencia mostraba el apoyo de la Casa Real hacia esta iniciativa desde sus inicios.

Las cifras del comienzo de FITUR fueron, desde un principio, muy halagüeñas: 1.500 expositores; 37 países y 3.000 visitantes profesionales suponían todo un éxito para esta nueva iniciativa de promoción del turismo.

RD en FITUR en 1981

Los organizadores se comunicaron con las embajadas acreditadas en Madrid, indicándoles que estaban invitadas coordinar la participación de sus países en la primera edición de 1981. El embajador dominicano en España era Luis Amiama Tió, quien se tomó en serio la propuesta y dispuso que se tuviera una presencia dominicana en esa entrega inicial de FITUR.

Se montaron unos carteles que exhiben el nombre del país (curiosamente en inglés), sustentada por el lema turístico nacional de entonces: “El secreto mejor guardado del Caribe”.

El primer módulo o punto dominicano en FITUR 1981, Francia de Pérez, Víctor Thomén, la esposa de Fernando Periche y él, que era director de CEDOPEX. Al extremo derecho Don Ellis Pérez, entonces director del Centro de Información Turística Dominicana en New York y quien encabezaba la delegación RD al evento. (Foto del libro autobiográfico Ellis Pérez: mi vida/mi legado.)

El punto dominicano fue atendido por un equipo integrado por: Francia de Pérez, Víctor Thomén, la esposa de Fernando Periche y él que era director de CEDOPEX y Ellis Pérez, director del Centro de Información Turística Dominicana en New York, quien encabezaba la delegación, relata el propio don Ellis en su libro Mi vida/Mi legado, de reciente puesta en circulación.

No había experiencia nacional en participación en Ferias de Turismo, por lo que la delegación dominicana se orientó por lo que planteaban los protocolos de entonces (los cuales obviamente no son los de hoy), a cuyas orientaciones se agregaron toques culturales dominicanos: algunas figuras artesanales, algunas fotos con playas dominicanas y en un centro la identificación nacional, la bandera y el lema turístico. Era un inicio. Era comenzar la introducción de la marca nacional en la exposición a los inversionistas europeos y sobre todo españoles.

De FITUR 1982, no es mucho lo que se conoce. Se contaba con 3000 expositores y unos 100 países, que fueron importantes para establecer la trascendencia y necesidad de impulsar esta feria.

No es casual que cuatro años más tarde de aquella primera edición de FITUR DE 1981, el Grupo Barceló fuera el primero en iniciar, en 1985, sus inversiones hoteleras en República Dominicana: En 1985 se inaugura el primer hotel en el Caribe (Barceló Bávaro Beach Resort, Punta Cana, República Dominicana), posicionándolo como la primera compañía hotelera española en esa zona.

No se puede asegurar, con toda firmeza, que ese primer paso de inversión hispana, fuera resultado de esa primera representación dominicana en la naciente actividad ferial que planteaba el evento, pero es muy probable que estuviesen relacionados.

En 1985 el Grupo Barceló abrió un hotel en la República Dominicana como su primera incursión fuera de territorio español, donde se había asentado fundamentalmente en Islas Baleares y Canarias. Ese primer hotel del Grupo Barceló lo posicionó como la primera compañía hotelera española en esa zona. Con esta decisión, Barceló se situaba a la cabeza de la conquista de los mercados turísticos latinoamericanos por parte de las empresas hoteleras españolas.

Se daban así los primeros pasos de un acelerado proceso de internacionalización del capital hotelero español.

Desde entonces, y en poco más de veinte años, 19 cadenas hoteleras españolas han pasado a operar 228 hoteles en 13 países de Latinoamérica y El Caribe, en cuya relación, la República dominicana ocupa un puesto preponderante. Y es probable que la realización, año tras año, de FITUR, tenga enorme influencia en esas decisiones de inversión.

La presencia de estas cadenas en América Latina, era especialmente fuerte en:

México (67 hoteles)

Cuba (52),

República Dominicana (52),

Brasil (19),

Costa Rica (12) y

Argentina (12 hoteles).

Las principales cadenas que han protagonizado este proceso de inversión en los países de América latina, han sido:

Sol Meliá: (61 hoteles en 11 países),

Barceló (38 hoteles en 7 países),

Oasis (22 hoteles en 3 países),

Riu (15 hoteles en 3 países),

Occidental (13 hoteles en 3 países), Iberostar (13 hoteles en 3 países),

Príncipe (12 hoteles en 2 países),

Fiesta (12 hoteles en 2 países).

En 2001, se crea FITUR Congresos, para el turismo de congresos y que también se celebrará anualmente.

Bohío dominicano, el primer medio

La esperanza de conseguir y exponer la data de la participación dominicana en FITUR de esos años iniciales, es que participantes dominicanos que estuvieron, ofrezcan la información, y en especial el equipo de la revista Bohío Dominicano y La Cotica, con Luis Augusto Caminero a la cabeza.] y Rita Cabrera su lado.

El equipo de estas revistas hacía esfuerzos extraordinarios, incluyendo el pago, los gastos de pasajes, alojamientos y alimentación, los patrocinios llegarían luego. 

FITUR 1983

La República Dominicana relata Andrés Lora, asistente y asesor del secretario/ministro en esa época (Rafael -Fello- Suberví) e integrante de la delegación– dice que el país tuvo una participación oficial destacada que describe con estas palabras:

“Los albores del encuentro del país tienen relación con la recién establecida Secretaría de Estado, (creada por el Congreso Nacional en el año 1979). Nuestro primer viaje a FITUR fue en 1983, en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, Madrid, con una pequeña delegación llena de optimismo y euforia por dar a conocer quiénes éramos y qué podíamos ofrecer a los compradores que asistían al más grande evento turístico hispano-parlante, que luego seguiría creciendo y se consolidaba como una de las ferias de turismo más importantes del mundo. Las limitaciones no nos detenían el ánimo, aunque gobiernos de islas cercanas en el Caribe, tenían unos presupuestos astronómicos. Con un espacio pequeño y buen respaldo con la presencia de los protagonistas del incipiente sector, agencias de viajes, turoperadores, hoteleros y líneas aéreas, entre otros, logramos la atención de los compradores y de aquellos que se interesan por el emergente destino.” (1)

En pocos años, FITUR duplicó sus estadísticas, llegando a alcanzar los 3.000 expositores y los 100 países con representación en la feria. 

Periodistas en FITUR

¿Vacaciones pagadas?

Era esa una época distinta a la actual: existía menor conciencia de la importancia de la presencia de medios y periodistas dominicanos en FITUR a fin de promover las actividades y negociaciones nacionales. Para los tiempos recientes, el patrocinio del sector medios para ir a FITUR, es más accesible.

En la gestión de Francisco Javier García, existía una masiva participación notable de periodistas y medios para la cobertura, que se traducía en una enorme proyección del país y sus negociaciones.

En la gestión actual del Ministerio de Turismo, el patrocinio de viajantes periodísticos ha descansado en el sector privado financiero, en especial por parte del Banco de Reservas y el Banco Popular Dominicano, además de una creciente presencia de medios por parte de entidades como el Banco BHD. Banreservas y el Popular, han asumido con responsabilidad la inversión que implica esa convocatoria de medios, que en la práctica ha demostrado ser una acción de medios que reditúa beneficios.

Entre esos beneficios se encuentran: promover la llegada de nuevos capitales internacionales, la garantía de un marco de opinión pública y buena escala de imagen y promoción tanto para las entidades patrocinadoras como a la industria del turismo en sí misma.

Es claro que invitar periodistas (incluso influencers) no es un gasto para proporcionar unos días “de vacaciones” a los periodistas. Cubrir FITUR no se asimila a unas vacaciones parisinas.

Los periodistas, fotógrafos y camarógrafos inmersos en su obligación   de cobertura de FITUR, por lo que están sometidos a una presión profesional extrema de trabajo, en especial de los equipos que hacen transmisiones en vivo y los periodistas que cubren para la televisión y radio, mediante emisiones desde el recinto ferial, modalidad que se ha incrementado en los últimos anos.

Esta presión es particularmente intensa para quienes tienen el trabajo de edición y postproducción de sus contenidos audiovisuales.

Los periodistas de medios escritos y medios web, tienen la responsabilidad de producir una data documentada, accesible a la lectura y evitando todo error.

El aporte de los periodistas a una mejor representación del país en FITUR, radica en la disciplina grupal: llegando a tiempo a las horas de salida, el comportamiento en el grupo, afinando la comunicación entre los iguales, evitando choques innecesarios de opiniones.

Es normal que cada quien tenga su opinión, pero eso no da derecho a invalidar o rechazar los criterios de cada quien a evaluar como considere, dejando de lado las diferencias que apadrinan las “militancias políticas”.

Frente a FITUR, hay una gran causa que defender y un interés superior que defender, el de la República Dominicana.

En una palabra: los periodistas que cubren cada año FITUR, si tienen conciencia profesional de su labor, – y la tienen— acuden al evento a desarrollar una labor exigente, con estrictos horarios de salida de los hoteles y el recinto ferial.

Están sometidos a cumplir con los protocolos de inspección y seguridad de su entrada al recinto ferial, al afán de conseguir notas exclusivas para sus medios, pero sin descuidar la necesaria solidaridad entre periodistas cuando a uno de ellos le hace falta un dato que no pudo obtener, siempre aparece alguien – incluso de su competencia— que se lo ofrece.

Cubrir las incidencias de FITUR, destacar informativamente lo que es necesario y útil para el país; afinar actitudes en la búsqueda de los elementos noticiosos, el develar – a partir de un discurso o una nota de prensa— ese aspecto que resulta crucial, revelador, siendo incluso solidarios con sus colegas, aún pertenezcan a su competencia. Las capacidades profesionales, están marcadas por el interés nacional. 

La edición 2024

La edición 2024 está lista para su desarrollo del 24 al 28 de este mes de enero. Y esta vez, sus temas y tendencias vienen a llenar un vacío conceptual tan importante como procedentes.

Esta vez ha adelantado que será espacio para el respaldo al Código Ético Mundial del Turismo, su apoyo al eje Turismo y Tecnología, ambos ejes con numerosos eventos en su derredor, además de sus espacios y pabellones establecidos por tradición.

Es el primer gran evento internacional del turismo en el año, caracterizado por una organización producto de una experiencia ferial de IFEMA, que se constituye en un encuentro fundamental entre los países emisores y receptores a nivel iberoamericano.

FITUR hoy Para 2024, FITUR está ya lista para recibir en sus 140 mil metros cuadrados en los que se emplazan nueve pabellones, para acoger 9 mil expositores procedentes de 145 países.

En esta oportunidad, grandes temas marcan el accionar de FITUR como evento. Uno de ellos será el apoyo que se dará al Compromiso con el Código Ético Mundial con el turismo. Ese Código es un conjunto de principios generales que tienen el propósito de guiar a los actores clave del desarrollo turístico. Dirigido a gobiernos, sector turístico, comunidades y turistas, su aspiración es ayudar a maximizar los beneficios del sector, reduciendo al mínimo el posible impacto negativo de este en el medio ambiente, el patrimonio cultural y las sociedades del planeta.

Fue adoptado en 1999 por la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo, su reconocimiento por parte de las Naciones Unidas dos años después alentó expresamente a la OMT a promover un seguimiento efectivo de sus disposiciones.