Los príncipes Andrés y Enrique, que renunciaron a sus deberes como miembros de la familia real británica, no pueden asumir la función de consejeros de Estado para sustituir al rey en caso de incapacidad, según resolvió la corona en 2022, recuerda el viernes The Times.

El diario desempolvó esta decisión cuando el rey Carlos III y su nuera, la princesa Catalina, esposa del príncipe heredero Guillermo, afrontan problemas de salud y la opinión pública se pregunta quién puede reemplazarlos, después de que los tres pospusieran sus próximos compromisos.



«Guillermo cancelará también todos los compromisos durante la estancia de Catalina en el hospital y reducirá su trabajo en los próximos meses para apoyar la recuperación de su esposa en casa», señaló The Times.

Catalina de Gales se sometió el miércoles a una operación «abdominal’ y estará ingresada dos semanas en una clínica.



Por su parte, el rey Carlos III se someterá la próxima semana a una intervención hospitalaria por un problema «benigno» de próstata.

Un consejero de Estado, según las leyes de la monarquía británica, es un miembro de la familia real en quien el soberano puede delegar algunas de sus funciones en caso de enfermedad o desplazamiento al extranjero.

De este modo, los cinco consejeros de Estado son la reina Camila y los cuatro primeros miembros de la familia real mayores de 21 años en el orden de sucesión al trono, o sea, los dos hijos del rey, Guillermo y Enrique; el príncipe Andrés y la hija mayor de éste, Beatriz.

«El palacio de Buckingham ha tomado medidas discretamente para evitar que los príncipes Andrés y Enrique actúen como sustitutos del rey. El primero renunció a sus deberes reales en noviembre de 2019, mientras que el segundo abandonó su papel real en 2020 para mudarse a Estados Unidos», afirma The Times.

«Ambos siguen siendo consejeros de Estado, pero el rey, discretamente, tomó medidas para marginarlos, en una decisión tomada poco después de ascender al trono», añade el diario.

El príncipe Enrique, hijo menor del rey Carlos III, y su esposa Meghan, decidieron salir de la familia real en 2020 e instalarse en Estados Unidos.

Por su parte, el príncipe Andrés renunció también a sus obligaciones reales debido a sus lazos con el difunto empresario estadounidense Jeffrey Epstein y a unas acusaciones de agresiones sexuales.

En el marco de una ley adoptada por el Parlamento británico en noviembre de 2022, «solo los miembros activos» pueden actuar como consejeros de Estado, aunque los no activos conserven este título.

Mediante esa ley, Carlos III decidió acordar la función de consejero de Estado a sus otros dos hermanos, los príncipes Ana y Eduardo.

De todas maneras, el Palacio de Buckingham, señala The Times, anunció que el rey no necesitará que sus consejeros de Estado lo sustituyan la próxima semana, cuando se someta a tratamiento para su problema de próstata.

Craig Prescott, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Londres, cree, sin embargo, que el rey debería pensar en una eventual ayuda de un consejero de Estado.

«Siempre es bueno tener un Plan B. No supone un gran esfuerzo firmar cartas, necesarias para nombrar consejeros, pero el rey tendría que hacerlo como medida de precaución», afirmó Prescott en declaraciones a The Times.