«El pueblo haitiano no puede más con la barbarie de las pandillas armadas», similar a la que se vive en zonas de guerra «que conmocionan al mundo», dijo este jueves el ministro de Relaciones Exteriores de Haití ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

«Si actualizáramos y publicáramos a diario las estadísticas de las atrocidades de las pandillas armadas que sufre la población haitiana, como lo hacen otras poblaciones que sufren, comprenderían que no hay ninguna diferencia entre las bestialidades que vivimos y las que conmueven al mundo ante los horrores y la barbarie de la guerra y conflictos armados en otras partes», dijo el canciller Jean Victor Généus.



Tras recordar que lleva «casi dos años» viajando a Nueva York para presentar «un panorama cada vez más triste y sombrío de la situación» en su país, dijo que espera que ésta sea realmente la última vez «antes del despliegue en el terreno de una fuerza multinacional de apoyo a la seguridad», autorizada por el Consejo de Seguridad en octubre.

«Cada día que pasa es un día más (…) que vivimos en el infierno de las bandas», dijo en una sesión dedicada a analizar la crisis que vive la nación caribeña.



Sin embargo, el despliegue de la fuerza se está encontrando con algunos obstáculos, en particular en Kenia, país que se ofreció a dirigirla y a enviar 1.000 policías.

Pese a que fue aprobada en noviembre por el Parlamento, su despliegue sigue en el aire debido al recurso de un opositor que alega su inconstitucionalidad. Este viernes se espera la decisión de la justicia.

El pasado año, cerca de 5.000 personas perdieron la vida por la violencia «indiscriminada» que azota al país y que socava los cimientos del Estado, según un informe del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, publicado el martes.

«La magnitud de esta crisis multidimensional está socavando los cimientos de las instituciones del Estado y la estructura social», alertaba el informe.

Este jueves, la representante especial del secretario general para Haití, la ecuatoriana María Isabel Salvador, recordó que el país «sigue asolado por una espiral de violencia cada vez mayor debido a un aumento sin precedentes de los secuestros, las violaciones y otros delitos cometidos por bandas armadas que afectan cada vez más a la población».

«No puedo exagerar la gravedad de la situación en Haití, donde múltiples crisis prolongadas han alcanzado un punto crítico», dijo.

Sin embargo, advirtió que si bien la mejora de la seguridad «es esencial para romper el ciclo de crisis», «la estabilidad a largo plazo sólo puede lograrse a través de un proceso político nacional e inclusivo».

En este sentido manifestó que se siente «alentada» por los esfuerzos de las autoridades haitianas para mejorar el sistema de justicia y luchar contra la corrupción.