Cuatro miembros de la minoría kurda de Irán, acusados de espiar para Israel, fueron ahorcados el lunes, a pesar de una campaña en su favor por parte de organizaciones de derechos humanos, que habían calificado su juicio de injusto.

Los cuatro hombres fueron detenidos en julio de 2022, cuando preparaban una operación contra un centro del ministerio de Defensa en Isfahán, en el centro de Irán, por encargo del Mosad, según la agencia Mizan Online de la Autoridad Judicial iraní. 



El Ministerio de Inteligencia anunció entonces que había «identificado una red de agentes de la organización sionista de espionaje, y todos sus miembros fueron detenidos», según Mizan.

Condenados a muerte en septiembre de 2023, fueron ahorcados en la madrugada del lunes.



Según la agencia judicial, los cuatro hombres habían sido reclutados por el Mosad, el servicio de inteligencia exterior israelí, «aproximadamente un año y medio antes de la operación». 

Posteriormente fueron enviados a países africanos para «cursos de formación en los centros militares de estos países».

La ejecución de los cuatro hombres, todos menores de 30 años, parecía inminente. Sus familiares fueron convocados el domingo para una reunión final.

Según Amnistía Internacional, que califica a los cuatro hombres de «disidentes kurdos iraníes», la pena de muerte fue pronunciada contra ellos «tras un juicio secreto manifiestamente injusto».

Su ejecución «se basa en confesiones obtenidas bajo tortura y sin un juicio justo. Se considera una ejecución extrajudicial», afirmó Mahmood Amiry Moghaddam, director del grupo Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, que estima en 65 el número de ejecuciones de prisioneros ya ahorcados en 2024.

«¡No perdonaré ni olvidaré lo que pasó hoy!», comentó en la red social X Joanna Taimasi, la esposa de uno de los cuatro hombres, que ahora vive fuera de Irán.

Estos jóvenes, procedentes de zonas de población kurda del oeste de Irán, fueron «privados de sus derechos fundamentales a la representación legal, a las visitas e incluso a la comunicación con sus familias», denunció en un comunicado la asociación pro derechos kurda Hengaw.

«Incluso según los estándares de la República Islámica de Irán, en su caso no se habían cumplido los requisitos mínimos de un juicio justo», lamentó Hengaw.