«Si el plan no funciona, cambia el plan, no la meta». Esta popular frase podría aplicarse a la historia de Paola Santana, una dominicana con un título en Derecho y con muchas ganas de cambiar el mundo que un día salió de República Dominicana hacia los Estados Unidos con una beca para realizar una maestría, y ya ha creado dos empresas millonarias.
«Cambiar el mundo», una idea bastante grande y entusiasta que cruza la mente de muchos niños en la infancia y que es seguida por los más altruistas hasta una edad adulta, como en el caso de Paola, quien consideró el Derecho como un pequeño paso hacia su más grande sueño.
«Por eso estudié Derecho, para entender la regulación, para entender cómo se cambiaban las leyes en el Congreso, cómo podíamos crear salud pública para todos, educación pública para todos», dijo.
Pero esta no era la única forma de hacerlo.
Tras graduarse en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y haber trabajado para la Junta Central Electoral (JCE), la joven aplicó para una beca Fulbright, otorgada por el Congreso de EE.UU. que en 2010 le permitió ingresar a territorio estadounidense para cursar una maestría en la Universidad de Washington D.C.
Estando en el centro del Gobierno federal de los Estados Unidos, fue el momento en el que el cambio se comenzó a producir en la mente de Paola, al darse cuenta que los mismos problemas que afectaban a su país y a toda Latinoamérica, eran los mismos que generaban debate en la principal economía del mundo.
La tecnología era el camino
Es por ello que, una vez terminada su maestría en gobierno, Paola se replantea el camino que debe seguir y se da cuenta que en ese momento la tecnología ya era una solución para problemas en diferentes áreas, por lo que decide solicitar una segunda beca para estudiar en Singularity University, una institución ubicada en el centro de investigación de la NASA en California y que facilita el desarrollo de herramientas tecnológicas para resolver los grandes desafíos de la humanidad.
En 2011, Paola inicia la carrera sobre tecnología aplicada a gobierno, para identificar como ésta puede transformar el sector público, algo que, hasta llegar a Estados Unidos, consideraba que solo era posible por medio de la promulgación de leyes.
«Así es que una abogada pasa a ser emprendedora tecnológica, de crear políticas públicas para que alguien, en algún momento, cree el futuro que yo pongo en mi mente, a crear la tecnología que permite que ese futuro exista ahora», reflexiona sobre ese momento crucial en su vida.
Desde ese momento, Paola Santana se enfocó en eficientizar el trabajo de los gobiernos para crear el cambio con el que siempre ha soñado, una meta ambiciosa que inició con la fundación de su primera empresa, Matternet, y que continúa con Glass.
Paola describe su primer proyecto en Silicon Valley, fundada en colaboración con Andreas Raptopoulos en 2011, como una «compañía pionera en desarrollo y manufactura de drones para transporte», y es que con Matternet, la abogada dominicana tuvo que auxiliarse de su experiencia creando leyes para lograr que sus drones volarajn y allanarle el camino a todas las demás empresas que en el futuro trabajarían con aeronaves no tripuladas en los Estados Unidos.
Paola se había volcado en la carrera de ser emprendedora tecnológica en Silicon Valley, pero fue su formación como abogada la que le permitió trabajar de la mano de la Casa Blanca, con la Federación de Aviación Civil de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), con la NASA y otros abogados estadounidenses para crear la primera regulación que le permitiera a sus drones volar y darle sentido a su primera startup.
«Por eso es que todo el mundo es necesario», dice Paola al ser cuestionada sobre la experiencia de colaborar en la primera regulación para drones en los Estados Unidos y formar parte del primer comité federal para esta operación.
En ese momento, la dominicana era la más joven, la única que no era estadounidense y la única mujer joven que se encontraba en ese comité.
«Pasamos la primera regulación de drones para transporte en Estados Unidos y creamos la primera red de drones para transporte moviéndose de manera autónoma y volando con permiso legal sobre una ciudad, que fue lo que hicimos en Suiza», cuenta Paola con orgullo sobre los hitos de Matternet, en los que incluye el haber creado los primeros drones de transporte del mundo.
Paola explica, ante la duda de la relación entre los drones con política y gobierno, que con estos artefactos es posible «conectar los sitios», especialmente aquellos donde no hay calles o carreteras, y llevarle a los residentes insumos que necesiten para poder vivir o realizar actividades comerciales como la agricultura.
Matternet actualmente opera algunas redes en Alemania, Suiza, Japón y Estados Unidos. En la República Dominicana llevaron un plan piloto conectando policlínicas con hospitales centrales en San Juan de la Maguana, pero la emprendedora explicó que ese mercado en el país todavía «le falta madurar».
Glass
Tras varios años trabajando en el desarrollo de drones que sirvieran para el transporte de insumo y mercancías, la dominicana se cuestionó sobre el propósito que la llevó a incursionar en el mundo tecnológico en Silicon Valey con el objetivo de mejorar las políticas a todos los niveles no solo en el área de transporte, sin embargo, era consciente de su límite y de lo ilógico de crear una empresa para resolver cada problemática.
En el proceso de análisis, la dominicana identificó a los gobiernos como el objetivo de la herramienta para ayudarlos a que tomen mejores decisiones y, más tarde, concluyó que necesitaba crear una startup tecnológica que le proveyera todo lo que los gobiernos necesitaran, esto tomando como base su especialización en compras públicas en República Dominicana antes de irse a estudiar a los Estados Unidos.
Dando como resultado Glass, una empresa de desarrollo de plataformas tecnológicas de compras públicas, a través de comercio electrónico para gobiernos, la cual desde sus inicios en 2017 ha sido utilizada por 48 entidades gubernamentales en Estados Unidos y Latinoamérica, entre ellas la Guardia Costera estadounidense y los estados de Illinois y Florida.
En palabras de Paola, el primer producto ofertado por Glass ayuda a que los gobiernos «compren mejor y gasten el dinero mejor» con procesos más cortos, más eficientes y menos propensos a corrupción.
Además, la dominicana cuenta con orgullo que su plataforma permite que personas que nunca han vendido sus productos en línea, se inserten en el mercado de la economía digital, teniendo como clientes a los mayores compradores del mundo.
El año pasado Glass apareció en las pantallas del Times Square, lo que para Santana fue algo significativo, ya que la empresa con la que intenta cambiar el mundo se publicitó en Nueva York, «la ciudad más grande del mundo y con el presupuesto más grande del mundo», apuntó.
Los planes para el futuro
Paola Santana dijo estar «súper enfocada» en ampliar la presencia de su empresa Glass en Estados Unidos, por lo que espera escalar su producto de compas públicas para entidades gubernamentales a las 100 ciudades más importantes del país norteamericano.
«Es lo número uno y lo único que estamos enfocados en hacer, porque ya hemos probado que podemos hacer dinero», dijo la dominicana al ser preguntada sobre sus próximos pasos.
A pesar de que la meta de Santana es lograr que las operaciones de Glass aumenten, es consciente de que «crecer es doloroso», sobre todo en una «economía cambiante», pero sus metas se afianzan en que fueron una de las pocas startup que crecieron el año pasado en medio de los despidos masivos que afectó al mundo tecnológico durante gran parte del 2023.
La dominicana también dijo que este año estará enfocada en la investigación y desarrollo de los sistemas gubernamentales, sobre todo en la aplicación de la inteligencia artificial en esta materia.
Paola Santana aseguró que el año pasado su empresa Glass logró una ronda de financiación de 3.7 millones.
Experiencia en Silicon Valey
Para Paola Santana el haber nacido y crecido en República Dominicana, su formación como abogada y la oportunidad de llegar a Silicon Valley es lo que le ha permitido hacerse un lugar y tener un liderazgo en lo que llama «una tierra fértil» para aquellos que buscan hacer una diferencia en el mundo.
Sin embargo, la dominicana cree necesario que personas como ellas y otros que han conseguido un «doctorado en problemas» sean colocados en las mesas para la toma decisiones, ya que los considera esenciales para ofrecer soluciones a los grandes desafíos.
Al hablar sobre su experiencia en Silicon Valley, la dominicana describe un lugar que da la oportunidad de fallar a personas con «apetito de riesgo», pero que al mismo tiempo plantea sus propios desafíos, pero en el que ella se ha impuesto con su pragmatismo, una visión agresiva, pero empática, al momento de tomar decisiones a largo plazo con sus clientes.
«Yo al gobierno vengo con los brazos abiertos. ¿Cómo te puedo ayudar? Porque obviamente tú lo estás haciendo mal. Y antes de que todo el mundo se entere que tú lo estás haciendo mal, yo quiero enterarme para ayudarte», explica.
Para levantar su empresa, Paola cuenta que se enfrenta a los retos de ser mujer, latina y ser pionera en el desarrollo de tecnologías para el gobierno, sin embargo, aseguró ser una de las 20 mujeres en Silicon Valley que han logrado inversiones superiores al millón de dólares y, con orgullo, señala haber convencido a los inversionistas sobre la viabilidad de su proyecto al punto de recaudar tres millones de dólares el año pasado.
Admite que conseguirlo le lleva más del tiempo que a su contraparte estadounidense, pero acepta el reto a pesar de que eso signifique dejar «mucha sangre en el camino».
«Yo nunca he dejado de ser abogada. Es una conjunción de mi educación de abogada, de mi contexto donde yo nací y qué me importa», dice Paola al ser cuestionada sobre si valió la pena el haberse dedicado a algo diferente al Derecho.