Israel bombardeó este viernes numerosos puntos de la Franja de Gaza, en particular en la ciudad de Rafah, donde las operaciones militares contra Hamás hicieron huir ya a más de 100.000 personas.

La víspera, concluyó sin acuerdo en El Cairo una ronda de negociaciones indirectas que buscaban una tregua entre Israel y el movimiento islamista palestino tras siete meses de guerra.



El presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con suspender las entregas de ciertos tipos de armas a Israel si el Estado hebreo lanza una gran ofensiva contra Rafah.

«Si tenemos que quedarnos solos, nos quedaremos solos. Como ya he dicho, si hace falta, combatiremos con uñas y dientes», respondió el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.



Los equipos de la AFP reportaron disparos de artillería israelíes contra Rafah en la madrugada del viernes.

Según la ONU, más de 100.000 personas han huido de esta ciudad en el extremo sur de Gaza para refugiarse en otras zonas del territorio desde el lunes, cuando Israel llamó a evacuar el este de la localidad.

«Unas 30.000 personas huyen de la ciudad cada día», indicó el director de la oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) para Gaza, Georgios Petropoulos.

Petropoulos señaló que «la mayoría de estas personas tuvieron ya que desplazarse cinco o seis veces» desde que empezó en octubre el conflicto entre Israel y Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007.

Algunos se dirigen a Jan Yunis, una ciudad en ruinas ubicada unos kilómetros más al norte, mientras que otros no saben adónde ir.

«Los tanques, la artillería y el ruido de los bombardeos son incesantes. La gente tiene miedo y quiere buscar un lugar seguro», dijo a la AFP un desplazado, Abdel Rahman.

Testigos reportaron también bombardeos y combates en Ciudad de Gaza, en el norte de este territorio palestino.

 

– Acciones humanitarias paralizadas –

 

El primer ministro israelí considera necesaria una ofensiva terrestre sobre Rafah donde, según él, se encuentran los últimos batallones de Hamás.

La ciudad acoge a unos 1,4 millones de palestinos, en su mayoría desplazados por la guerra de otras partes de la Franja, lo que hace temer a la ONU un «baño de sangre».

Israel despliega desde el martes incursiones en el este de Rafah y tomó el control de su paso fronterizo con Egipto, clave para la entrada de la ayuda humanitaria.

El ejército israelí informó el viernes que continúa con su «operación antiterrorista limitada» en algunas zonas de Rafah.

Agencias de la ONU han advertido de las consecuencias del cierre del paso fronterizo de Rafah, por donde entraba el combustible a Gaza, y del cruce de Kerem Shalom, reabierto el miércoles tras tres días cerrado.

La falta de carburante «paraliza por completo las operaciones humanitarias», dijo Andrea de Domenico, que dirige la Oficina de la OCHA en los Territorios Palestinos.

Si no llegan suministros de carburante, «las consecuencias se notarán casi inmediatamente», alertó la directora de Unicef, Catherine Russell.

«Las incubadoras para los bebés prematuros no tendrán electricidad, niños y familias se deshidratarán o consumirán agua no potable y las alcantarillas se desbordarán, propagando enfermedades», proyectó.

 

– La «pelota» en las manos de Israel –

 

La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque sin precedentes de Hamás contra el sur de Israel, que dejó más de 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP en base a datos oficiales israelíes.

Los comandos islamistas también secuestraron más de 250 personas en su ataque. Después de un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua en noviembre, las autoridades israelíes calculan que 128 siguen en Gaza, aunque 36 habrían muerto.

La ofensiva de represalia de Israel contra la Franja de Gaza ha dejado hasta ahora 34.904 muertos, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás.

Durante los últimos dos días, los mediadores en estas negociaciones (Catar, Egipto y Estados Unidos) intentaron forjar un pacto que permita la liberación de rehenes israelíes y evite un asalto contra Rafah.

Sin embargo, Hamás, que había aceptado el lunes la propuesta presentada por los mediadores, dijo en una carta a otras facciones palestinas que Israel la había rechazado.

«La pelota está ahora completamente» en las manos de «la ocupación», afirmó este movimiento palestino considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

 

– Llamado a la «flexibilidad» –

 

El medio egipcio Al Qahera News, cercano a los servicios de inteligencia del país, señaló que los mediadores continuaban sus esfuerzos «para acercar los puntos de vista de ambas partes» tras la marcha de ambas delegaciones.

Según un alto cargo del movimiento palestino, la última propuesta establecía una tregua de tres fases, cada una de 42 días de duración.

También incluía la retirada de Israel de Gaza y un intercambio de rehenes por presos palestinos con el objetivo de «un alto el fuego permanente».