Cuando decimos la palabra “noviazgo”, de inmediato imaginamos a dos personas felices, tomadas de la mano y derramando más miel que un panal. 

Parejas que parecieran sacadas de una comedia romántica de Hollywood. Nos imaginamos que todo es un planeta color de rosa.



Sin embargo, cada cabeza es un mundo…

Y cada pareja, también…



No todo es lo que parece. Existen ciertas relaciones que de solo verlas, dan ganas de salir corriendo y nos hacen reflexionar.

Conócelas para que no caigas en este tipo de relación.

Y si es así, corrige los detalles que no sean saludables…

Si no es posible, huí lo más rápido que puedas.

La guapa y exitosa diva y… su asistente.

Ella es atractiva, elegante, sensual y… su novio es… ¡su asistente!

Ella y él forman una de esas parejas en la que él sirve para cargar el bolso de la chica, llenarle la copa de vino cuando ella truena los dedos, ir por la ropa a la tintorería, arreglar la tubería y… emocionarse cuando ella le obsequia un beso.

La proveedora y el mantenido.

Él es guapo, lindo, simpático, súper anfitrión, respeta y adora a su chica, pero… Nunca tiene trabajo, ni un peso.

Ella quien mantiene la relación. Él suele decir que se esfuerza, pero su única aportación es ser un “encantador” estafador.

    La hija y el papá.

Ella tiene entre 20 y 30 años y él pasa de los 60. Ella lo cuida a él y… A su dinero… Según la psicóloga Ana Laura Bajaras de la Universidad la Salle, solo el 10 por ciento de las parejas de este tipo realmente están formadas por amor.

Los siameses.

Ella va al banco, él se forma con ella. Ella va a cortarse el cabello y él la acompaña. Él sale a una cita de trabajo y ella va con él. Él va al campo o a escalar en fin de semana y… ella va con él. No se separan casi nunca.

    Los famosos… por sus desfiguros.

Y no por ser celebridades, sino porque siempre dan de qué hablar. ¿La razón?

Se pelean en todas partes, a todas horas y delante de quién sea.

    El ventrílocuo y el muñeco.

Uno de los dos es el que se encarga de hablar, elegir, hacer y deshacer por ambos.

El otro no tiene capacidad de decisión, ni derecho a opinar.

    La mamá y el hijo.

Se repite la historia de “40 y 20”. En este caso es ella quien es mayor que él.

Por lo regular son relaciones que no tienen mucho futuro, pues casi siempre terminan por alguna infidelidad.

    Los cómodos.

Llevan años y felices días siendo novios o viviendo juntos, pero ya no por amor, sino por comodidad y costumbre.

Hay más camaradería que besos y abrazos.

    Los modelos.

No tienen nada en común, pero están juntos porque la gente dice que hacen una excelente pareja.

Ella guapa. Él guapo. Cero tema de conversación, pero… Lucen bien… Ufff!!!

    Los melosos.

“Sí mi corazón… Claro mi amor… No tardes mi vida… Sí, por favor cielito…

¿Por qué llegaste tarde mi corazón de melón?… ¿Me estás engañando cielo?”… Es tanta la miel que derraman que, más que una pareja auténtica, parecen ser dos personas que tienen un guión memorizado… ¿Tú y tu chico se identifican con alguna de estas parejas?


Fuente: https://ar.mujer.yahoo.com/