Santo Domingo. “Sí no tenemos una respuesta contundente este paro se va a radicalizar y, a partir de mañana seguiremos por tiempo indefinido”, proclamó hoy Felipe de la Rosa, uno de los voceros de la Unión Nacional de Servicios de Enfermería Dominicana, en el Hospital Francisco Mosco Puello, en el marco del paro que por 48 horas desarrolla ese sector en demanda de varias reivindicaciones.

Portando pancartas y lanzado consignas como: “¡Así no más… no vuelvo a trabajar… así no más, no vuelvo a trabajar!”, y “¡No es una limosna que estamos pidiendo, es nuestro derecho que estamos exigiendo!”, decenas de enfermeras, tanto de ese centro como del Robert Read Cabral y la maternidad nuestra Señora de La Altagracia, demandaron del gobierno que atienda sus reclamos como condición para retornar a sus labores.



Las enfermeras demandan un aumento salarial de un 100 por ciento. Actualmente, reciben un salario de entre 7 y 12 mil pesos, los consideran de miseria y apenas las graduadas alcanzan hasta 15 mil pesos.

Exigen un seguro médico una vez salen pensionadas, como también seguridad y mejores condiciones de trabajo.



“Aquí los muertos los bajan en camilla porque no hay ascensor, las enfermeras tenemos que subir hasta las cajas de suero a la planta, no tenemos seguridad y el ministro es indiferente”, insistió Lirian Féliz, en el Moscoso Puello.

Con un slogan de fondo que rezaba: “No queremos huevos, tampoco codito, queremos filete del que come el ministro”, en la Maternidad La Altagracia, Juana María Mendoza y Altagracia Arias, voceras de la Unase y la Unión Nacional de Servicios de Enfermería Dominicana, coincidieron en que requieren además, incentivos por antigüedad en servicios, pensión digna y la creación de cinco mil nuevas plazas de empleos, que no dan abasto con el número de pacientes que atienden.

Tanto ellas como Yolanda Saturria, Cristina Gastón y Sarah Vargas del Robert Read junto a unas 400 enfermeras del Robert Read, que sólo cuidaban los pacientes de emergencias y en estado crítico coincidieron en que están abiertos al dialogo. Por igual deploró las condiciones de carencias en que trabajan.

Fuente El Día