BUENOS AIRES.- Las contradicciones y cabos sueltos alrededor de las circunstancias de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman se multiplican con el paso de las horas en una investigación judicial que cumple hoy su cuarto día y avanza con más sombras que certezas.

Horas después de trascender el fallecimiento de Nisman, el mismo lunes, la Secretaría de Seguridad argentina emitió un comunicado en el que aseguraba que la puerta del apartamento del fiscal estaba cerrada con llave desde dentro cuando le hallaron muerto de un disparo en la cabeza.



Sin embargo, el cerrajero que franqueó el acceso a la vivienda de Nisman a su madre, Sara Garfunkel, informó que no abrió la puerta principal, como se pensaba hasta el momento, sino la puerta de servicio, que no estaba cerrada con llave y podía abrirse con facilidad «por cualquiera».

La fiscal que investiga la muerte, Viviana Fein, declaró hoy que, según Garfunkel, la puerta de servicio también era blindada y contaba con dos cerraduras, una que estaba cerrada con llave y abrió con su copia y otra que no estaba cerrada pero tenía puestas por dentro las llaves, que fue la que abrió el cerrajero con ayuda de un alambre.



Aún así, los investigadores estudian si alguien pudo acceder a través de un tercer acceso que comunica la casa de Nisman con un estrecho pasillo en el que se encuentran los aires acondicionados del edificio.

Aunque Nisman estaba amenazado y contaba con una custodia de diez hombres de la Policía Federal, estos declararon a la fiscal que no hacían guardia frente a su apartamento, sino en la acera del edificio y ni siquiera las 24 horas del día.

Pese a las fuertes medidas de seguridad del edificio, las escaleras no cuentan con cámaras de seguridad.

Además, el personal de guardia no revisó las pertenencias del colaborador de Nisman Daniel Lagomarsino en su visita del sábado, cuando este le entregó la pistola que el fiscal le había pedido prestada y que le provocó la muerte.

Según Lagomarsino, Nisman le confió que el influyente exdirector de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia Antonio «Jaime» Stiuso le había prevenido contra su custodia.

Stiuso ha sido en los últimos días también uno de los blancos de las acusaciones de la presidenta Cristina Fernández, quien lo acusa de haber hecho «algo más» que dirigir la investigación de Nisman que culminó en una denuncia por supuesto encubrimiento de terroristas contra la mandataria y algunos de sus colaboradores.

Se desconoce el paradero del exagente argentino, aunque la fiscal que investiga la muerte de Nisman desestimó hoy llamarlo a declarar.

Fein tampoco tiene previsto llamar a declarar al secretario de Seguridad, Sergio Berni, aunque ha sido denunciado por ingresar al apartamento sin la presencia de personal judicial.

La fiscal reveló hoy también que en las últimas horas fue allanado el domicilio de un periodista al que un custodio le entregó un sobre facilitado por Nisman la víspera de su muerte.

Sin embargo, el periodista Laureano Pérez Izquierdo replicó que no fue su vivienda, sino otra contigua, la que fue revisada y aseguró que tiró el sobre al momento de recibirlo porque la información que contenía era «más de lo mismo» y ya la había plasmado en una nota previa.

«No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas», expresó hoy Cristina Fernández en una carta difundida a través de las redes sociales en la que se muestra convencida de que la muerte de Nisman «no fue un suicidio» sino «una operación contra el Gobierno».

Hasta el momento, una de las pocas certezas es que el arma que causó la muerte del fiscal fue la pistola que le prestó Lagomarsino y que fue localizada bajo su cadáver.

Aunque la autopsia determinó que no hubo participación de terceras personas en la muerte de Nisman, la ausencia de rastros de pólvora en sus manos impide por ahora determinar que se trata de un suicidio y deja todas las hipótesis abiertas. EFE