CARACAS. Unas 33.000 mujeres venezolanas utilizan los implantes franceses PIP, que fueron importados al país hasta 2010, informó el jueves la ministra de Salud Eugenia Sader, al tiempo que pidió calma entre las afectadas.



Nosotros como ministerio tenemos registradas 33.000 mujeres que hasta 2010 usaban esas prótesis», señaló Sader a la prensa.

La ministra explicó que en 2010 el gobierno «prohibió el uso, distribución y venta de esas prótesis en Venezuela», luego de que ese mismo año la firma PIP cerrara ante reiteradas denuncias de rupturas de los implantes, según un reporte de la agencia estatal de noticias AVN.



Sader también llamó a las mujeres afectadas a «mantener la calma y recomendó a quienes tengan estas prótesis a visitar al médico» para someterse a una revisión y verificar el estado de sus implantes.

Tras desatarse el escándalo a nivel mundial por los potenciales efectos cancerígenos de estos implantes, el gobierno venezolano anunció que retirará los implantes sin costo a las mujeres que lo soliciten, pero aclaró que «las prótesis no serán reemplazadas».

No obstante, este jueves la ministra dejó abierta la posibilidad de que se coloquen nuevas prótesis a las afectadas. «Vamos a evaluar y ver qué alternativas se tienen, pero casi el 98% de las mujeres con implantes se lo hicieron en clínicas privadas», observó.

El viernes, casi 500 venezolanas con implantes PIP introdujeron un recurso de amparo contra cinco empresas que comercializaron las prótesis en Venezuela, donde cada año se realizan unas 40.000 mamoplastias de aumento de busto, para que asuman los gastos de las cirugías.

PIP producía 100.000 implantes al año y exportaba casi el 84% de su producción sobre todo a Sudamérica, España y Gran Bretaña. Luego de desatarse la polémica, el gobierno francés recomendó retirar «a título preventivo» y «sin carácter de urgencia» los implantes PIP de unas 30.000 mujeres.