La primera vacuna contra el dengue acaba de entrar en su última fase de investigación, la tres, dirigida a probar el fármaco a gran escala para afinar la dosis y asegurar su eficacia. Sanofi, el laboratorio que la fabrica,espera que esté lista para ser comercializada el año que viene.
El dengue es una enfermedad vírica transmitida por un mosquito. Tiene dos variantes. Una más leve y otra, grave (antes llamada dengue hemorrágico) potencialmente mortal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en los setenta del siglo pasado apenas media docena de países habían sufrido brotes de la peor de las variedades de la enfermedad. “Sin embargo, ahora es endémica en más de 100 países de las regiones de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental. Las regiones más gravemente afectadas son el Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental”, dice la OMS.
La enfermedad va en aumento. En 2008 se registraron 1,2 millones de casos; en 2010 ya fueron 2,3 millones, según la OMS. En 2012 hubo 2,35 millones solo en América, de los que el 1,5% eran de la variante más grave. En total, en el mundo se registra medio millón de casos graves, de los que el 2,5% (unas 12.500) fallecen.
Como otras enfermedades transmitidas por mosquitos Aedes, ya ha habido casos en EE UU y en Europa (en Croacia, por ejemplo) debido al calentamiento, que facilita que los insectos se asienten en zonas en las que hasta ahora no podían hacerlo (como ha hecho el Aedes albopictus, mosquito tigre, en Cataluña) y a la facilidad de los viajes, que permite que personas o animales infectados lleguen de un lugar endémico a otros que no lo son.
El dengue leve es una infección que se da sobre todo en niños similar a la gripe. Cursa con fiebre elevada, dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido. El grave produce hemorragias internas y fallo multiorgánico. Actualmente no hay un tratamiento específico para la enfermedad.
Esta situación explica que —igual que ocurre con la malaria— la vacuna sea recibida como una importantísima ayuda, aunque tenga unas tasas de protección bastante bajas para lo que son las inmunizaciones estándar, ya que esta ronda el 56%. En cambio, la tasa es mucho mejor para la variante grave, ya que puede llegar al 80%, si se confirman los resultados obtenidos hasta ahora en las pruebas.
Otra de las limitaciones es que hay cuatro cepas del virus del dengue, pero la vacuna (un complicado injerto de virus del dengue en el de la fiebre amarilla) solo protege contra tres. Por eso se considera que esta vacuna será solo el primer paso hacia una más general.