Al menos siete personas murieron este domingo en un mercado en el norte de Nigeria tras estallar una carga explosiva que llevaba oculta en su cuerpo una niña de unos siete años, en un nuevo ataque con el sello del grupo extremista Boko Haram.

fuego bomberos



El ataque en un mercado de la de la localidad nigeriana de Potiskum, la capital comercial del estado de Yobem es el último en una ola de atentados con niños.

El balance inicial de seis muertos – cinco y la niña con la bomba – aumentó tras fallecer otros dos heridos en el hospital.



Una fuente hospitalaria dijo a la AFP que una veintena de personas habían sido heridas en el ataque y estaban recibiendo atención médica.

El atentado se produjo sobre las 13H30 locales, en horario de máxima afluencia, dijeron los comerciantes.

El ataque ha puesto de manifiesto una vez más el inmenso desafío de seguridad al que se enfrenta el país, que el 28 de marzo celebrará elecciones presidenciales y parlamentarias.

El presidente Goodluck Jonathan, que ganó las elecciones en 2011, se encuentra inmerso en una dura carrera electoral contra el exdictador Muhammadu Buhari para acceder a un nuevo mandato, en unos comicios que inicialmente debían celebrarse el 14 de febrero.

El ejército los aplazó seis semanas, en un gesto apoyado por la comisión electoral, para mejorar la seguridad del país.

Jonathan ha reconocido recientemente que en un principio subestimó el alcance y la peligrosidad de Boko Haram.

El ataque de este domingo es el segundo en el mercado Kasuwar Jagwal, dedicado a la electrónica y a la reparación de teléfonos móviles: el 11 en enero, fue blanco de un ataque perpetrado por dos adolescentes, que provocó seis muertos y 37 heridos.

El día anterior, 19 personas habían muerto en un atentado cometido por una niña en la principal plaza de Maiduguri, en el noreste.

Ambos ataques fueron atribuidos al grupo yihadista Boko Haram, cuya ofensiva iniciada en 2009 ha provocado cerca de 13.000 muertos y 1,5 millones de desplazados. El conflicto se ha extendido a varios países de la cuenca del lago Chad.

AFP