Tu estado de ánimo será fundamental a la hora de encarar las cosas que quieras lograr, por eso es imprescindible desarrollar sabiduría en él.
Se define el estado de ánimo como el motor de la motivación, es clave para desarrollar fuerza de voluntad y de esta forma tener energía para una actividad.
Si bien gobernar sobre tu estado de ánimo es un tema espiritual, igual hay pasos prácticos que nosotros debemos dar para que esto se haga realidad.
Primer paso: no magnificar las cosas.
Será clave cuando surge un problema o una dificultad en nuestra vida, ya que por lo general hay una tendencia a darle, a estos, mayor trascendencia de la que tienen.
Segundo paso: compartimenta tu vida.
En el caso de nuestra vida, debemos separar las distintas áreas en compartimentos estancos, al igual que lo hacen los grandes barcos, de esta forma un problema económico no terminará afectando tu familia.
Tercer paso: plantea el peor escenario.
Cuando vos te preparas para lo peor estarás preparado y, si además la situación no es tan grave, podrás sortearla con mayor facilidad.
Cuarto paso: gratificate
Nada mejor, para mejorar nuestro estado de ánimo, que realizar acciones gratificantes como leer las promesas de Dios para nuestra vida, mirar fotos que evoquen tiempos lindos, comerte un rico chocolate o aquello que te anime.
En un mundo tan convulsionado y con proyecciones tan negativas, será fundamental que desarrolles sabiduría en tu ánimo para estar bien vos primeramente y también ser de bendición a los que te rodean.
La Palabra también dice que les dio sabiduría en el ánimo para que hagan todo lo que les mandó. Junto con lo que Dios te pida también te dará fortaleza para realizarlo.
Yo bendigo tu vida para que en este tiempo puedas recibir sabiduría para gobernar sobre tu ánimo y este te ayude a vivir plenamente y a concretar lo que Dios te pidió.
Por el Pastor Daniel González
Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado”. Éxodo 31.6
